Los arroceros de la marisma del Guadalquivir podrán cultivar este año, algo que no pudieron hacer en 2023 debido a la falta de agua provocada por una sequía persistente. Esta situación supuso pérdidas de más de 700 millones de euros y 5.000 empleos en la pasada campaña, según las estimaciones de la Federación de Arroceros de Sevilla.