El suspense y la preocupación por su desaparición se han terminado, pero continúa el misterio. Una excursionista encontró el domingo restos del cadáver del niño francés Émile, de 2 años, desaparecido el pasado mes de julio en los Alpes franceses. Después de su rápida identificación por las fuerzas de seguridad, ese hallazgo casual puso punto final a más de ocho meses de búsqueda. Aún se desconocen, sin embargo, los motivos por los que se perdió el rastro del pequeño mientras jugaba en el jardín del domicilio de sus abuelos en el pueblo de Haut-Vernet (centro-este). ¿Se trata de una muerte accidental? ¿O hay motivos criminales?