Hoy era un día para olvidarse del transcurso de la temporada y que la Marea Roja arropase al equipo en la recta final de un año más que complicado. Y sin duda cumplió y a las 17.45 la fila para entrar al Príncipe Felipe casi daba la vuelta al pabellón, con más de 2.500 personas. En su mayoría eran niños y niñas con la camiseta de su jugador favorito preparados para tener la oportunidad de conocerlos. Algunos eran más de Langarita, también los había de Watt, pero sin duda hubo un nombre que se repitió por encima de los demás: «Mi jugador favorito es Bell-Haynes», afirmaban la mayoría de pequeños.