El papa Francisco ha presidido la misa del Domingo de Resurrección en la plaza de San Pedro para dar la bendición urbi et orbi ante 60.000 personas, después de que el viernes decidiera no acudir al Coliseo de Roma para el vía crucis para cuidar de su salud.

El pontífice argentino apareció en buena forma, al igual que este sábado cuando presidió la misa de la Vigila de Pascua, una ceremonia de casi tres horas. Tras la ceremonia del domingo saludó en papamóvil a los fieles que acudieron a San Pedro. En la plaza, había más de 350 religiosos entre cardenales, obispos y sacerdotes para concelebrar con el papa.

En su mensaje de Pascua ha evocado a «las víctimas de tantos conflictos que están en curso en el mundo, comenzando por los de Israel y Palestina, y en Ucrania» y pidió que «Cristo resucitado abra un camino de paz para las martirizadas poblaciones de esas regiones».


El Papa Francisco hace gestos desde un balcón en la Plaza de San Pedro, el domingo de Pascua.

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El papa Francisco ha urgido a que «se garantice la posibilidad del acceso de ayudas humanitarias a Gaza», «a la rápida liberación de los rehenes secuestrados el pasado 7 de octubre», así como a «un inmediato alto el fuego en la Franja».

En sus plegarias ha recordado a «las víctimas de tantos conflictos que están en curso en el mundo, comenzando por los de Israel y Palestina, y en Ucrania» y ha pedido que «Cristo resucitado abra un camino de paz para las martirizadas poblaciones de esas regiones».

Francisco ha reiterado su llamamiento para «que se garantice la posibilidad del acceso de ayudas humanitarias a Gaza, exhortando nuevamente a la rápida liberación de los rehenes secuestrados el pasado 7 de octubre y a un inmediato alto el fuego en la Franja».

«No permitamos que las hostilidades en curso continúen afectando gravemente a la población civil, ya de por sí extenuada, y principalmente a los niños. Cuánto sufrimiento vemos en sus ojos», ha señalado el papa.

El Papa Francisco sostiene su zucchetto mientras pronuncia su mensaje Urbi et Orbi.


El Papa Francisco sostiene su zucchetto mientras pronuncia su mensaje «Urbi et Orbi».

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Además, ha agregado: «Con su mirada nos preguntan: ¿por qué? ¿Por qué tanta muerte? ¿Por qué tanta destrucción? La guerra es siempre un absurdo y una derrota».

En su mensaje de Pascua, el papa también ha lanzado una advertencia: «No permitamos que los vientos de la guerra soplen cada vez más fuertes sobre Europa y sobre el Mediterráneo» y «que no se ceda a la lógica de las armas y del rearme». «La paz no se construye nunca con las armas, sino tendiendo la mano y abriendo el corazón», ha destacado.