El pescado es uno de los productos que más se han encarecido en la cesta de la compra. Según los últimos datos oficiales recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) para el cálculo del IPC, el precio del pescado se ha disparado casi un 7% -en concreto un 6,7% desde hace un año- y un 1,6% en lo que va de año, con los últimos datos confirmados al cierre del mes de febrero. Ya en los dos primeros meses del año, el precio del pescado ha mantenido la tendencia alcista predominante durante todo el ejercicio de 2023 y se encarece un 1,6% en apenas 60 días. El encarecimiento del pescado mes a mes ha llevado consigo una menor demanda de este producto, ya sea fresco o congelado, y no solo los expertos se han dado cuenta, los supermercados también. Las grandes cadenas de alimentación son conscientes de la caída de la demanda de pescado a la hora de llenar la cesta de la compra semanal de los españoles y se han puesto manos a la obra para que los clientes vuelvan a incluir lenguado, bacalao o salmón en su dieta.
Los últimos datos confirmados por el INE, en base a sus encuestas, reflejan un encarecimiento anual del precio del pescado de un 6,7%, sin marcar una diferencia entre el producto fresco y congelado. Esto supone que desde febrero de 2023 hasta febrero de 2024, comprar pescado fresco o congelado supone un gasto casi un 7% de media más para los consumidores, teniendo en cuenta que algunos tipos de pescado se han encarecido en un porcentaje muy superior.
Pero no solo se ha encarecido el pescado fresco en los supermercados españoles. El INE indica justo debajo en la tabla detallada que el precio de los crustáceos, moluscos y preparados de pescado también se ha disparado en el último año, siendo un 3,9% más caro que en febrero de 2023. También en este caso, el precio de los productos procedentes del mar -un epígrafe que en la práctica engloba desde almejas a los palitos de cangrejo preparados- mantiene una tendencia alcista en los primeros meses del año. Solo en enero y febrero, el precio ha aumentado un 0,2%, un encarecimietno mucho menor que en el caso del producto fresco pero que también se podría traducir en un menor consumo de productos procedentes del mar a medio o largo plazo.
Según un estudio realizado por Lidl junto a la Fundación Española de Nutrición (FEN), el 40% de las familias con hijos que consumen pescado menos de una vez a la semana mantienen esta dinámica por su precio. Es decir, casi la mitad de los hogares con niños en España no comen pescado todas las semanas por el alto precio del producto y el encarecimiento constante desde hace un año. Pero el problema no es de ahora: el informe revela que el consumo de pescado en España lleva disminuyendo desde 2008, coincidiendo con la crisis económica. Desde entonces, las cifras muestran que los españoles consumen un 33% menos de pescado que en 2008 con un dato preocupante: 2022 fue el año con el índice más bajo de consumo de pescado de toda la serie histórica, coincidiendo en este caso con el estallido de la guerra de Ucrania en el mes de febrero.
Los españoles comieron menos pescado en 2022 que en cualquier otro año
Las subidas de la inflación se intensificaron especialmente tras el estallido de la invasión rusa de Ucrania por parte de las tropas de Vladimir Putin en febrero de 2022. Un impacto que no solo tuvo su correlación en el encarecimiento de los cereales o de otros productos procedentes de Ucrania, sino que, ahora -teniendo en cuenta los estudios y los datos del INE- refleja que 2022 también fue el año en el que los españoles comieron la menor cantidad de pescado de la historia o, al menos, desde que se tienen registros. Las cifras son claras: el consumo per cápita de pescado pasa de los 19,9 kilogramos en 2022 a consumir 18,53 kilogramos de pescado en 2023.
Una realidad que, más allá de la caída del consumo en casi 1 kilo y medio de pescado por persona, refleja que 2023 podría superar al 2022 como el peor año en cuanto al consumo de pescado por los españoles. Rosaura Leis, doctora y presidenta de la FEN, reconoce este problema en el informe elaborado conjuntamente con Lidl: «Hemos identificado una disminución generalizada en el consumo de pescado en la sociedad española, relacionado en muchas ocasiones por la variable precio. Una tendencia que debe alertarnos dada los importantes beneficios que este alimento aporta a lo largo de todo el ciclo vital a nuestra salud».
En aras de cumplir con el objetivo de devolver el pescado a las neveras españolas, Lidl también ha colaborado con el doctor Ramón Estruch, consultor senior del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clinic de Barcelona y referente internacional de la dieta mediterránea, para poner en valor la importancia de incluir este producto, en cualquiera de sus variantes, en las mesas españolas. “El pescado lo deberíamos incluir en nuestro menú semanal, pues es una importante fuente de ácidos grasos omega3, beneficiosos para la salud cardiovascular y el funcionamiento cognitivo. Estos ácidos no solo son clave para mantener un corazón saludable, sino que también juegan un papel muy importante en el desarrollo cerebral, en la reducción de la presión arterial, y la prevención de enfermedades crónicas o cardiovasculares”, reitera el experto.
Y es que el pescado es un alimento rico en proteína de alto valor biológico que contiene todos los aminoácidos esenciales para formar las proteínas del organismo. Por este motivo, los expertos recomiendan para la población general el consumo de 3 o 4 raciones de pescado por semana, con la intención de variar el consumo entre pescados blancos y azules. Un consumo que, según el estudio de la Fundación Española de Nutrición, no se cumple en la mayoría de las familias españolas con hijos. Los expertos se han dado cuenta del problema pero también los supermercados, que constatan este problema en la caída de las ventas en sus establecimientos.
Juan Roig verbaliza el problema
El problema principal para las grandes cadenas de supermercados está en la caída del consumo del pescado fresco en sus establecimientos. Una realidad que el propio Juan Roig, presidente de Mercadona y líder entre los supermercados españoles, confirmó en la presentación de sus resultados anuales hace apenas unos días. El directivo reconoció públicamente que Mercadona ha registrado una caída en las ventas de pescado fresco del 10% en 2023. Una cifra que queda muy cerca del porcentaje de encarecimiento de dicho producto, según las cifras oficiales recogidas por el INE, del 6,7%. Ante esto, Roig asegura que la cadena está llevando a cabo una investigación desde hace meses para encontrar el motivo por el que los españoles están dejando de comprar pescado, más allá de la aparente motivación económica derivada de la subida del precio.
«El pescado es muy bueno pero los precios del pescado son altos», comenzaba reconociendo el jefe máximo de Mercadona, para explicar después los motivos que, desde su punto de vista, han provocado un descenso en el consumo semanal de pescado. «Cada vez que hay más cuotas para cualquier cosa. Trabajar como pescador es muy duro. Cada vez hay más problemas de anisakis. Estamos haciendo pruebas y buscando la solución. Aún no la hemos encontrado”, reconocía públicamente Juan Roig, dando voz a un problema que afecta a los hogares españoles. La simple verbalización del problema por parte de Juan Roig como presidente de Mercadona, a día de hoy líder en cuota de mercado con casi un 30% -muy por encima de los demás- parece haber despertado una tendencia común en el resto de los supermercados de la competencia. En los últimos días, otras grandes cadenas de supermercados con presencia en España han lanzado sus respectivas ofertas y campañas publicitarias para que los españoles vuelvan a comprar, y comer, pescado.
¿Qué hace cada supermercado para que vuelvas a comer pescado?
Es el caso de Lidl, que ha lanzado una campaña en la que apuesta por un pescado «más accesible en precio» para acercarse «a las familias» y fomentar un consumo recomendado de pescado fresco en los hogares españoles, es decir, de 3 o 4 raciones por semana. En concreto, Lidl ha apostado por la venta de pescado fresco ya limpio y envasado en sus establecimientos, acompañada de una bajada del precio de más del 30% en todo su surtido de pescado fresco. Dos aspectos con los que pretende devolver el pescado fresco a la mesa de los consumidores españoles. “En Lidl queremos ofrecer pescado fresco, congelado y ultracongelado de la mejor calidad al mejor precio. Por ello, en nuestras tiendas apostamos por productos diferenciales que permiten a las familias disfrutar diariamente de pescado limpio y envasado de la manera más cómoda posible. Además, al reducir nuestros precios promovemos el acceso a una categoría clave para conseguir una dieta saludable«, anunciaba Carlos González-Vilardell, director general Comercial y Compras de Lidl durante la presentación de su campaña hace apenas unas semanas.
Lidl ha sido una de las grandes en apostar por devolver el pescado a la mesa con la bajada de precio de su surtido de productos frescos pero no ha sido la única. También otras cadenas de distribución como Carrefour han anunciado bajadas de precio en cuanto al pescado fresco para sus clientes. Precisamente esta ha ampliado su campaña de descuentos y reducción de precios a productos frescos como el pescado hace apenas dos semanas, avivando una guerra de precios en la que compite con las otras grandes cadenas. Así el panorama, con Lidl lanzando una campaña de bajada de precio para que los españoles vuelvan a comer pescado, Mercadona analizando el problema con todos los puntos de la cadena de distribución y Carrefour incluyendo el pescado fresco en sus productos rebajados de la cesta de la compra, solo cabe esperar que el precio del pescado baje en los lineales para que, de nuevo, el bacalao, el salmón o la lubina vuelvan a la mesa de los hogares españoles.