Rusia ha detenido a tres personas en la región sur de Daguestán que planeaban la comisión de varios atentados en el país. Las detenciones se producen en el marco de la «operación antiterrorista» puesta en marcha después del tiroteo masivo en una sala de conciertos de Moscú el pasado 22 de marzo, que provocó 144 muertos.
«Los servicios de seguridad detuvieron a tres bandidos que planeaban varios delitos terroristas. Durante la inspección de los lugares donde estaban detenidos los delincuentes se encontraron armas automáticas, municiones y un artefacto explosivo improvisado listo para ser utilizado«, ha informado el Comité Nacional Antiterrorista, que ha señalado que «la operación continúa».
Anteriormente, el comité informó de que los servicios de seguridad habían bloqueado a presuntos delincuentes en varios apartamentos en zonas residenciales de la capital regional, Makhachkala, y en una de las ciudades más grandes de la república, Kaspiysk.
Rusia está en alerta máxima. Tras el atentado en Moscú las autoridades del Kremlin detuvieron a 11 personas, tan sólo unas horas después de la matanza, en la mañana del sábado.
Las redes sociales divulgaron parte de los momentos posteriores, donde se aprecia cómo fueron maltratados, golpeados e incluso mutilados. En el fragmento de su testimonio que ha trascendido, señalaban que habían atacado por encargo y uno de ellos lo habría hecho por apenas 5.000 euros.
Varias son las imágenes en las que se muestra la brutalidad empleada contra los terroristas. En uno de los vídeos se ve cómo uno de ellos es golpeado por varios agentes con puñetazos y patadas mientras se ovilla en el suelo, para posteriormente amputarle la oreja e intentar hacérsela tragar.
No obstante, a pesar de contar con la reivindicación de ISIS y tener entre sus manos a los autores, Vladímir Putin defiende la tesis de que los yihadistas fueron enviados por Ucrania.