El Gran Canaria se tomó la revancha contra el Valencia Basket, el equipo que le dejó fuera de la Copa del Rey con un triunfo con el mejor sabor posible. Se enganchó a la batalla en numerosas ocasiones, después de ir perdiendo por 14 puntos en el tercer cuarto y de ocho a falta de cinco minutos. Reenganchones que certificó con un parcial 20-4 para el definitivo 79-71.
Le ganó la partida Ethan Happ a Brandon Davies en la pelea particular en la pintura. El pívot claretiano fue el mejor de los suyos con 20 puntos y 5 robos, muestra de que a través del trabajo defensivo pudo sumar la decimoséptima victoria de la temporada el Dreamland. Rambo por su parte llegó a los 24 puntos y 4 rebotes.
De esta forma, el conjunto insular le gana el average a los taronjas y vuelve a la senda de los triunfos tras las derrotas contra el BAXI Manresa y el Lenovo Tenerife la semana pasada. Heridas lamidas y a seguir en la brega por la tercera plaza de la clasificación.
Falta de puntería
Comenzó el choque tal y como se comporta el equipo en la temporada. Si le entran los triples es un vendaval imparable y si se le nubla la mirilla parece el equipo más terrenal posible. De esta forma, si puso la directa con tiros lejanos anotados para encender la alarma rival y que posteriormente se abriera la opción de la media distancia con un Albicy extramotivado firmando seis puntos, se pasó del 17-9 con el que todo el público se relamía al 17-24 (parcial de 0-15) con el que el mismo respetable empezó a silbar a su equipo.
Uno de los que más críticas se llevó, tanto de la afición como de su entrenador, fue Ferran Bassas. Cometió dos pérdidas casi seguidas, no pudo parar físicamente a Stefan Jovic, que lo llevó al poste desde que pudo para añadir seis puntos a su haber, y falló uno de los seis triples errados desde los dos anotados al inicio. La respuesta fue mandarlo directamente al banco tras haber estado dos minutos en cancha.
El que se hinchó en este intervalo negativo del Gran Canaria fue Brandon Davies con ocho puntos seguidos para cerrar el primer cuarto con un ligeramente preocupante 18-26. El pívot americano arrastraba problemas por un esguince en su rodilla, pero forzó para estar presente en el choque dada su importancia en la pelea por el Playoff.
Quiso responder en la batalla por la pintura Ethan Happ, la pelea iba a estar bonita la pelea, aderezada por el interés mostrado por parte del Valencia en el pívot claretiano de cara a la próxima temporada. Nueve puntos para él y el máximo anotador de la primera parte del choque.
Se cerró el segundo cuarto con ventaja local gracias a una revisión de jugada en el penúltimo ataque que otorgó el 38-37 al descanso. Aun así, hubo tiempo para que el caldo de cultivo ofrecido durante la semana desde la cúpula del club tuviera su efecto.
El trío arbitral abandonó la pista en una sonora pitada de la afición porque entendieron que obviaron una última falta a Jovan Kljajic cuando la realidad es que el canterano se lanzó contra el cuerpo de Kassius Robertson.
Además, los aficionados que se sientan en las primera filas de la pista exhibieron una tarjeta roja hacia los colegiados para mostrar su disconformidad. El enemigo estaba señalado y las huestes respondían.
Pocos anotadores
Más allá de la libertad de ofrecer su opinión, lo que necesitaba la afición era celebrar canastas de más jugadores de amarillo, pues hasta el momento sólo habían anotado seis jugadores, con Landesberg, Pelos, Bassas, Salvó y Kljajic sin ver el aro rival.
Respuesta que sí encontró para no descolgarse del encuentro después de que Brandon Davies sumara diez puntos en el comienzo del cuarto para liderar un parcial 0-13 y en el que los taronjas gozaron de la máxima del encuentro con el +14 que reflejaba el 42-56.
En ese instante, a base de defender y no volverse loco a tirar triples porque no le habían entrado los seis anteriores, el Dreamland se fue directo a la remontada con otro parcial 9-0 con el que todavía tenía vida a falta de diez minutos y el 51-56.
Segundos antes de concluir el tercer cuarto se produjo otro momento caliente del encuentro cuando Albicy se enzarzó con López-Arostegui para sacar de fondo y en el posterior careo apareció Justin Anderson para casi provocar una pelea entre jugadores que se saldó con una solución salomónica, la nada.
Una remontada que llegó de la forma más heroica posible, pues a falta de cinco minutos y medio para la conclusión, por más que intentara acercarse en el tanteador los claretianos, el Valencia siempre respondía con triples. Tres seguidos mantuvieron a ocho la diferencia visitante tras el de Ojeleye y elevar el 59-67.
Sin embargo, ese fue el momento de máxima comunión entre la grada y el equipo insular. Cuando Nico Brussino volvió a anotar un nuevo triple y espoleó al equipo junto al acierto de Ethan Happ en la canasta rival y en la propia con una defensa mayúscula para ponerse por delante en el lapso de dos minutos (68-678).
Cantó la grada, AJ Slaughter entró en trance y sumó cinco puntos más a su haber, que junto con la eliminación de Davies e Inglis facilitaron la victoria claretiana tras un parcial de 20-4 tras el triple de Ojeleye.