Las previsiones eran desfavorables. La lluvia no cesó desde horas antes de la salida procesional. La Cofradía de Jesús Nazareno lo comunicó media hora antes de la salida de la Virgen de la Soledad con sus damas a las calles de Zamora. La Soledad se quedaba en San Juan, la procesión se suspendía por la lluvia con lo que la nómina de desfiles cancelados por el tiempo se elevaba hasta los seis. La primera hermandad afectada correspondió al Vía Crucis, luego vino el Silencio, el Jueves Santo la cifra aumentó con Virgen de la Esperanza y con la Vera Cruz, luego la lluvia también condicionó a Nuestra Madre y, si no varían las predicciones, podría sumarse el domingo, Resurrección. «Nos daban mucha agua hasta las 21.00 horas» certificó el presidente de la Cofradía de Jesús Nazareno, José Ignacio Calvo Bartolomé.
La directiva había diseñado «un acto», una alternativa en caso de no tener asegurado el buen tiempo para todo el recorrido procesional. En caso de disponer de «una ventana de tres horas, habíamos planteado sacar la Virgen a la Plaza Mayor, donde habrían estado todas las damas para rezarle la Salve» explicó Calvo Bartolomé.
Ante la imposibilidad de desarrollar el plan que habían diseñado, la directiva optó por desarrollar un sencillo acto en San Juan y abrir el templo a todas las damas «porque no les podemos quitar el estar con su Virgen de la Soledad y creo que es una manera de compensarles ante la imposibilidad de poderla acompañar en procesión por las calles de la ciudad», precisó Calvo Bartolomé.
Cientos de personas aguardaban, paraguas en mano en el exterior del templo románico, la apertura de puertas para poder, al menos, oír el acto.
La Virgen de la Soledad se encontraba con el traje de luto, bellamente adornada con flores y con un crespón negro en su mesa en recuerdo del escultor Ricardo Flecha, y a su alrededor se encontraba la directiva, los cargadores así como en las inmediaciones del presbiterio las mujeres que se encargan de portar elementos durante la procesión y también los mayordomos y mayordomas del año. «¡Qué le vamos a hacer! Ha sido una pena muy grande», decía una mujer que ha disfrutado de la mayordomía esta Semana Santa tan anormal.
«Con hondo pesar, no salimos en procesión, tenemos que cuidar el patrimonio y cuidar nuestra fe y nuestra devoción a la Virgen de la Soledad», señaló el capellán de la cofradía, José Francisco Matías Sampedro con las puertas abiertas de la iglesia de San Juan.
El sacerdote instó a «trasformar el inconveniente en oración por los que aquí estamos y por todas las damas que se iban a incorporar a la procesión y por el pueblo de Zamora que no deja a la Virgen de la Soledad».
El presbítero aludió a que las damas de Jesús Nazareno «acompañan tu dolor y su esperanza» y la gente «se sobrecoge al ver tu imagen». En esta noche de Sábado Santo «queremos que nos mires con amor de madre, que nos ayuden a vivir la fraternidad entre nosotros y a ver a tu Hijo en el necesitado, excluido y marginado y que nos contagies tu cercanía a Dios».
El capellán también le pidió a la Virgen de la Soledad que «nos acompañen en los derroteros de nuestras vidas y que estemos dispuestos a cumplir la voluntad de Dios«.
La entonación de la Salve ante Ella, por parte de los presentes y del coro se convirtió en un momento que emocionó a muchos. Con los ojos vidrioso y caras que no podían contener la tristeza concluyo el sencillo acto.
A continuación, comenzó la entrada, poco a poco, de cientos de damas ataviadas con la capa y con sus tulipas que pasaban ante su Virgen. Muchas se persignaban ante la bella imagen que hiciera Ramón Álvarez, otras bajaban la cabeza al llegar ante Ella en su camino desde la puerta sur del templo, la del rosetón, y su salida por la principal, la de la plazuela de San Miguel.
«Sabíamos que era difícil que pudiera salir a la calle, nos enteramos de que se iba a hacer este acto y no me lo he pensado», decía una dama que agradecía que hubieran tenido presentes a ellas en la cancelación. «Es nuestra Virgen. Había que venir», decía otra de las damas, mientras que en la calle aguardaba muchas otras y también devotos que no quisieron desaprovechar la ocasión de mostrar sus respetos a la imagen.
Cerca de 3.500 personas pasaron en solo 50 minutos ante la imagen, la mayoría damas, cofrades y devotos, indican desde la Cofradía de Jesús Nazareno.
La Soledad arropada, una vez más, por sus damas y por Zamora.
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