Pese a las perspectivas climáticas, aparentemente adversas, la Pasión borriolense NUEVA JERUSALÉN, en su 49ª edición, repitió, si cabe, el éxito de su ya larga historia, la primera de la provincia, con renovados escenarios y personajes nuevos y viejos. La tarde noche se vio transitada por visitantes foráneos en busca de escenarios en donde apreciar mejor los actos, que en número de diez estaban previstos, para dar una panorámica de lo que vivencialmente representarían los 150 personajes, hombres y mujeres que aparecerían a lo largo de la noche, contemplados, según los expertos, por más de 20.000 espectadores.
El realismo de esta Pasión estriba en la secuencia histórica de los cuadros que se representan y viven, descubriendo momentos de incertidumbre para los visitantes al observar en algunos de ellos la simultaneidad –tal como históricamente sucedió-, la invisibilidad de otros –el ejemplo paradigmático de la Última Cena- y el carácter itinerante del conjunto. Todo lo que, en aras al realismo original, aconteció aquel Jueves Santo en la antigua Jerusalén: ver lo que entonces el pueblo vio y vivió.
Todo un éxito al que, aparte de los intervinientes y organizadores directos, es obra de la población en general.
Por otra parte, la parroquia ofreció a los fieles la liturgia oficial durante la Semana en la que este Viernes Santo constituirá, sin duda, un hito religioso emotivo. Luego, la víspera de Pascua y el propio domingo.
Ahora, la Asociación N.J. tiene ante sí el reto de preparar ya la celebración del cincuentenario de este próximo año.