La fragmentación en el espacio a la izquierda del PSOE es una constante fuente de preocupación en Ferraz. Por sus repercusiones en la gobernabilidad en el Congreso, debido a la necesidad de negociar con otro actor más tras la marcha de los diputados morados al grupo mixto, pero sobre todo por el declive de una opción electoral que desequilibra el peso de cada bloque. Se vio en las pasadas municipales y autonómicas, con un PSOE que resistió, pero perdió el asidero a su izquierda para revalidar las mayorías. De cara a las elecciones vascas del próximo 21 de abril, el temor entre los socialistas es que el declive de la izquierda confederal dispare a EH Bildu con el trasvase de votos, como ocurrió con el BNG en las gallegas.