Existen varios rankings con los árboles más longevos del planeta, pero de momento el que tiene comprobada una mayor edad es un pino que crece en Estados Unidos y que ya existía cuando aún no se habían construido las pirámides de Egipto.
Se trata de Matusalén, un pino carrasco que recibe su nombre del personaje bíblico que vivió 969 años. Pero eso no es nada en comparación con este árbol, que se cree que tiene al menos 4.850 años, lo que lo convierte en el árbol más viejo del mundo.
El Matusalén se encuentra en California (EEUU), cerca de la frontera con Nevada, aunque su ubicación exacta se mantiene en secreto para que no sufra daños y evitar la acción de los desaprensivos.
Hasta 1964, el árbol más viejo era un pino de la especie Pinus longaeva que tenía más de 5.000 años, pero fue talado ese año por un miembro del Servicio Forestal de Estados Unidos para investigaciones científicas, causando entonces una gran polémica.
Amante de los ambientes secos
Las características biológicas del pino carrasco explican por qué muchos de ellos pueden llegar a conservarse durante muchos años. Este grupo de árboles, ampliamente representados en el Mediterráneo español, son extremófilos, es decir, especies que viven en regiones con climas extremos y suelos secos.
Estos árboles se adaptan a las duras condiciones en que viven al tener raíces muy ramificadas y poco profundas para obtener la mayor cantidad de agua posible. También ofrecen una sólida resistencia contra la invasión de plagas, pues tienen una madera densa y resinosa en la que es muy difícil escurrirse.
Ahora bien, a Matusalén le salen competidores por el título de ‘Árbol más viejo del planeta’. En los últimos años han surgido otros aspirantes en varias partes del planeta, y el principal de sus rivales resulta ser un ciprés gigante conocido como el ‘Gran Abuelo’.
Este ciprés se encuentra en un antiguo bosque del sur de Chile y algunos investigadores creen que tiene más de 5.000 años, por lo que podría arrebatarle el título a Matusalén. Sin embargo, otros no están de acuerdo con la forma en que se ha calculado su edad.
Normalmente, la edad de un árbol se calcula extrayendo una muestra de su núcleo y analizando sus anillos. Los investigadores Jonathan Barichivich y Antonio Lara intentaron realizar esta operación con el ‘Gran abuelo’, pero no consiguieron llegar a la mitad. Por ello, tuvieron que conformarse usando modelos estadísticos con muestras de otros árboles para estimar la edad.
Dada la indefinición que ese sistema ofrece para evaluar la edad exacta del árbol, ‘Matusalén’ continúa conservando el título de ejemplar más viejo del planeta.
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