La medianoche más especial del año para el Bajo Aragón volvió una vez más a hacerse escuchar de lo lindo en una jornada en la que la emoción y los sentimientos a flor de piel se percibieron en cada golpe de tambor de los miles de turolenses que demostraron una vez más que la rompida de la hora es uno de los grandes patrimonios de la comunidad aragonesa.