Tres de la madrugada. Domingo de Ramos. 27 de marzo de 1994.

Sebastiá Comas para la furgoneta. Conoce el lugar. Una nave abandonada en Llisá de Vall. Ordena a la mujer que le acompaña que se baje del vehículo. Le indica que a unos trescientos metros encontrará una gasolinera. Abre 24 horas.

Sebastiá le pide a la mujer que cuente hasta dos mil. Y solo entonces, que comience a andar en dirección a la gasolinera. Le entrega dos monedas de cien pesetas.

La mujer cuenta los números, uno a uno….. y echa a andar. Le cuesta caminar y mantenerse erguida. A duras penas llega a la gasolinera

Lo primero que hace es echar una de sus dos monedas a una máquina de Coca Cola. Ansía ese refresco. Maldice porque la máquina se ha tragado la moneda.

Al empleado casi le da un pasmo cuando se acerca a ayudarla y ella le dice con mucha tranquilidad: “Soy María Ángeles Feliú, la farmacéutica de Olot.