La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha solicitado una pena de 2 años y 6 meses de cárcel para Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), por el beso que dio a Jennifer Hermoso el pasado 20 de agosto y las presuntas coacciones posteriores a la delantera de la Selección Española de fútbol.
El ministerio público ha remitido a la Audiencia Nacional su escrito de conclusiones provisionales, en el que también solicita una condena de un año y medio de prisión por un delito de coacciones para el exentrenador de la selección femenina Jorge Vilda; para el exdirector de marketing de la Federación Rubén Rivera y para el director de la selección masculina, Albert Luque.
Además de la pena de prisión, el fiscal pide para Luis Rubiales inhabilitación especial para trabajar en el ámbito deportivo durante el tiempo de condena, que se le aplica la medida de libertad vigilada durante 2 años y la prohibición de comunicarse con la jugadora y de acercarse a ella a una radio de 200 metros durante cuatro años.
Rubiales sostuvo que fue «algo natural»
El juez de la Audiencia Nacional, Francisco de Jorge, encargado de investigar el beso de Rubiales a Jenni Hermoso tras la final del Mundial ante Inglaterra el pasado 20 de agosto en el Estadio de Sídney propuso el pasado mes de enero juzgar al expresidente de la RFEF al considerar que existían motivos suficientes para enjuiciar a Rubiales.
Además, el magistrado propuso juzgar a Albert Luque, Jorge Vilda y Rubén Rivera por las presuntas coacciones a la jugadora para que asegurara que el beso fue consentido.
El propio Rubiales compareció como investigado ante el juez el pasado 15 de septiembre y aseguró que el beso fue «algo natural» y que Jenni Hermoso «se fue muerta de risa y dándome dos cachetes en el costado».
Jenni ratifica que no hubo consentimiento y que se sintió coaccionada
La delantera española declaró ante el juez en su calidad de testigo el pasado 2 de enero y ratificó que el beso que le dio el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol no fue consentido y que se sintió coaccionada.
La internacional española, según fuentes jurídicas, también afirmó que el beso fue inesperado y en ningún momento hubo consentimiento.
Además, Jenni Hermoso indicó que después del beso, tanto en el vuelo de vuelta a España como en su estancia en Ibiza, sufrió un atosigamiento constante que alteró su vida normal, produciéndole una situación de desasosiego y tristeza.
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