Tal día como hoy, hace una semana, se quemaron las Fallas. Y coincidiendo en el tiempo se ha procedido a desmontar la jaula de la plaza de las «mascletaes» municipales. Los operarios han acabado de esta manera con un vestigio de lo que fueron los emblemáticos disparos.
La jaula es una instalación de alta seguridad -que no invulnerable- que sustituyo tiempo atrás las anteriores instalaciones. Hace cuarenta años, el disparo se veía a través de vallas mucho más precarias y sin ningún tipo de distancia de seguridad. Pero eran otros tiempos.
La «jaula», que suele incluir ofrendas florales o mensajes de los pirotécnicos, se instaló este año a primeros de febrero.
Con esta retirada siguen desapareciendo los vestigios de la fiesta. Las empresas de iluminación siguen retirando los arcos de las calles. También se seguían viendo mecanotubos procedentes de torres de iluminación o publicitarias. Hasta el «discreto» cartel de calle cortada de Jacinto Benavente-Reina Doña Germana -imposible no informarte perfectamente gracias a él- aún permanecía instalado.
Incluso la lluvia del lunes ha contribuido a ir eliminando la arena amarilla que todavía se apreciaba en los cruces de calles a los que no había llegado el baldeo.
Eso sí, desde el Grupo Municipal Compromís aún denunciaban ayer que, una semana después, todavía había urinarios sin retirar. «De la misma forma que se pide a las comisiones falleras que, como es lógico, hay que retirar los elementos lo más pronto posible, no es de recibo que el propio Ayuntamiento todavía tenga esos baños químicos repartidos por toda la ciudad. Unos inodoros que, precisamente, llegaron tarde y que ahora también tardan mucho en irse».