Esta vez había poco lugar a la duda. La lluvia no cesó durante toda la tarde del Lunes Santo y fue necesario suspender todas las procesiones de la jornada. Primero se suspendió la del Trabajo. La procesión había repartido 999 tarjetas de sitio. Iba a ser uno de los grandes cortejos de la Semana Santa. Se interpretaron varias de marchas para acercar los pasos al altar mayor y se rezaron de las Siete Palabras de Cristo en la Cruz. Miles de personas se acercaron a venerar a los titulares. Fue la tónica dominante durante toda la jornada. Los pasos no pudieron salir a la calle por las inclemencias meteorológicas, pero los granadinos acudieron a orar ante sus devociones.

Después también se irían suspendiendo el resto de las estaciones de penitencia. El compás del Monasterio de las Comendadoras, cubierto por un toldo, no facilitaba el tránsito de fieles, ni la presentación de los pasos, pero sobreponiéndose a todas las adversidades se pudo rezar ante el Señor de la Oración en el Huerto y María Santísima de la Amargura.

Acontecimiento insólito

La suspensión de la salida de Los Dolores supuso un acontecimiento insólito. Nunca antes se había sucedido, pero esta vez no había otra posibilidad. Encarnación Coronada de Abel Moreno, la misma marcha con la que suele comenzar su recorrido la Virgen, sirvió para acompañarla hasta el centro del templo. Sin duda, el hecho quedará registrado en los anales de esta devota y granadina corporación penitente.

Saetas para el Rescate y música de capilla para San Agustín

El Rescate y el Cristo de San Agustín celebraron la Santa Misa y después abrieron las puertas de sus sedes. Emocionante contemplar al Señor tallado por Diego de Mora en el crucero del templo, mientras los fieles contemplaban su rostro en medio de una fervorosa emoción, en la que no faltaron sentidas saetas. Lucía la túnica de los castillos y leones, de tanta tradición en la cofradía. El Cristo de San Agustín, la Consolación, San Juan Evangelista y la Magdalena estaban sobre sus tronos en la capilla del Monasterio del Santo Ángel Custodio para recibir a los devotos, en medio de una penumbra alumbrada por las velas de los pasos, mientras la Coral Magnum y la Capilla de la Virgen no dejaban de entonar composiciones sacras que invitaban todavía más al recogimiento.