Un equipo de geocientíficos ha descubierto una gigantesca ‘piscina’ subterránea de agua dulce que permanecía oculta bajo las montañas de Sicilia. El volumen que tiene este depósito equivale aproximadamente a un tercio de toda la capacidad de almacenamiento de los embalses de España.
En su estudio, que se ha publicado recientemente en la revista Communications Earth & Environment, el grupo explica que utilizó en su investigación datos empleados para la búsqueda de yacimientos de petróleo. Dichos datos sirvieron para estudiar la existencia de agua subterránea en los alrededores de la formación Gela, situado bajo las montañas de la isla de Sicilia.
Las autoridades sicilianas están preocupadas por el suministro de agua ante el constante crecimiento de esta populosa isla mediterránea. Por eso, los investigadores acometieron un detallado estudio de los recursos subterráneos de agua dulce que aún no han sido explotados.
Los investigadores analizaron mapas y datos de estudios que anteriormente se habían empleado para la búsqueda de depósitos de petróleo. Fue así como descubrieron lo que creen que es un acuífero previamente desconocido bajo las montañas Hyblaean.
Una gran cantidad de agua dulce
El depósito descubierto se encuentra a una profundidad de entre 800 y 2.100 metros, según los resultados obtenidos.
Posteriormente, crearon modelos 3D del acuífero para validar sus hallazgos y encontraron evidencias que sugieren que no sólo es un acuífero, sino que contiene aproximadamente 17,5 kilómetros cúbicos de agua.
Es una cantidad realmente importante tratándose de agua dulce. A modo de ejemplo, todos los embalses de España tiene una capacidad conjunta de almacenamiento de 54 kilómetros cúbicos.
Tras este inesperado hallazgo, el equipo se propuso explicar cómo pudo haber llegado tanta agua dulce a este punto y quedar confinada bajo una cadena montañosa. Los científicos creen que quedó atrapada allí durante la crisis de salinidad del Messiniense hace millones de años; en ese período de 700.000 años se produjo un bloqueo en el Estrecho de Gibraltar que permitió que muchas partes del Mar Mediterráneo se secaran, exponiendo el fondo marino al agua de lluvia.
El equipo de investigación sugiere que este agua de lluvia se infiltró hacia la corteza terrestre. Los investigadores señalan que dicha agua de lluvia podría haberse acumulado bajo tierra al ser absorbida por la roca carbonatada, que actuaba como una esponja. Cuando los niveles del mar volvieron a la normalidad, el agua dulce subterránea quedó atrapada debido a la presión del agua de mar.
Los investigadores también encontraron lo que creen que es un probable conducto de la antigua agua de lluvia: el escarpe de Malta, una formación que se extiende alrededor del este de Sicilia.
Estudio de referencia: DOI: 10.1038/s43247-023-01077-w
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