Scope Ratings ha confirmado el rating de emisor a largo plazo y de deuda senior no garantizada en moneda local y extranjera del Reino de España en ‘A-‘ y ha revisado la perspectiva de estable a positiva. Como explican, la mayor resistencia económica y el fortalecimiento de los fundamentales fiscales impulsan la revisión de las perspectivas, mientras que la elevada deuda pública, el elevado desempleo y la presión presupuestaria estructural relacionada con el envejecimiento del gasto constituyen limitaciones.

En cuanto a la mayor resistencia económica, en Scope destacan que la economía española ha mostrado una mayor resistencia en comparación con sus homólogos de calificación, «mostrando un crecimiento robusto del PIB y una dinámica positiva del mercado laboral desde la invasión rusa de Ucrania en 2022″.

Prevén que el crecimiento del PIB español alcance el 1,9% en 2024, a pesar de los elevados tipos de interés y la moderación de la demanda exterior de la zona del euro. «La ejecución de los fondos Next Generation de la UE ha cobrado impulso, apoyando el consumo privado. Con un sector bancario resistente, una mayor inversión, un gasto de los hogares respaldado por el descenso de las tasas de ahorro, la creación de empleo y la mejora de los salarios reales, Scope prevé un crecimiento sostenido del 2,1% en 2025», dicen.

Sobre la inflación, consideran que las presiones están disminuyendo, con tasas previstas del 3% en 2024 y del 2,3% en 2025.

Además, señalan que «España ha emprendido importantes reformas del mercado de trabajo y ajustes de su sistema de pensiones, incluso antes de las elecciones no concluyentes del año pasado, reduciendo así el riesgo de aplicación de las políticas, ya que se han llevado a cabo importantes reformas, como el aumento de la edad media de jubilación, que apoyan la oferta de mano de obra».

En su opinión, las principales reformas del mercado laboral han apoyado significativamente el crecimiento del empleo en los sectores de alto valor añadido en los últimos cinco años, reforzando aún más la resistencia económica de España. Sin embargo, creen que el mantenimiento del empleo dependerá del crecimiento de la productividad, lo que subraya la importancia de seguir invirtiendo en el desarrollo de las competencias.

También destacan que España ha reducido constantemente su deuda externa, a pesar de un aumento temporal durante la pandemia.

Mientras, ven que las continuas tensiones políticas entre el Gobierno central y las facciones independentistas de Cataluña pueden afectar a la dinámica legislativa, dependiendo de los acuerdos entre el Gobierno central y las autoridades regionales.

En cuanto al refuerzo de los indicadores fiscales, aunque el Gobierno se ha visto obligado a no presentar los Presupuestos de 2024, en Scope comentan que la consolidación prevista se ve facilitada por el Plan de Reequilibrio del Gobierno, aprobado por el Consejo de Ministros en diciembre de 2023.

«Se espera que estas medidas presupuestarias se mantengan al menos hasta la celebración de las elecciones autonómicas en Cataluña en mayo. Scope espera continuidad en el marco presupuestario de 2024 con un margen mínimo para cambios, reforzado por la favorable liquidación de este año para las regiones», afirman.

A su parecer, el refuerzo de los indicadores fiscales en España se ve subrayado por la elevada expansión del PIB nominal, el crecimiento constante de los ingresos, impulsado principalmente por la expansión sostenida de las afiliaciones a la Seguridad Social, y la contención del crecimiento del gasto. Esto se refleja en la mejora del saldo primario, que según las previsiones de Scope pasará de un déficit estimado del -1,7% del PIB en 2023 (frente al -2,6% en 2022) al -0,4% en 2024.

EQUILIBRIO EN LAS CUENTAS

Para 2025, Scope prevé que España alcance el equilibrio de las cuentas primarias, «lo que se ve respaldado por cambios estructurales, como la creciente formalización de la economía informal resultante de las reformas laborales, la reducción de la evasión fiscal y la expansión de las plataformas de comercio electrónico, que contribuyen a las perspectivas de crecimiento de los ingresos fiscales de España. La expiración gradual de las medidas temporales de apoyo reforzará el crecimiento de los ingresos».

La hipótesis de base de Scope es una reducción gradual del déficit público hasta alrededor del 2,8% del PIB hasta 2028 sin medidas adicionales, frente a una reducción hasta el 2,5% en 2026 prevista en el programa de estabilidad. A medio plazo, se prevé un menor dinamismo de las cotizaciones sociales, mientras que los gastos aumentarán modestamente, sobre todo los de pensiones e intereses.

Scope prevé una tendencia decreciente del gasto en consumo público y prestaciones sociales, compensada por un aumento de la inversión en formación de capital y transferencias. Estas previsiones excluyen el gasto de los fondos de recuperación, tratados como neutrales en las cuentas públicas en el marco del programa de estabilidad de España.

RETOS

En Scope también se centran en señalar los retos de España para el rating, que, como explican, incluyen el bajo crecimiento de la productividad y elevado desempleo, las crecientes presiones presupuestarias derivadas de tendencias de gasto a largo plazo, especialmente las relacionadas con una dinámica de envejecimiento acelerado, y los levados niveles de deuda pública.

«La productividad y la renta per cápita relativamente bajas de España, unidas a un desempleo estructural aún elevado, subrayan la necesidad de reformas estructurales para apoyar un crecimiento económico sostenido. A pesar del fuerte crecimiento económico de los últimos años, el aumento de la productividad ha ido a la zaga de sus homólogos, situándose la productividad laboral en aproximadamente el 82% de la media de la zona del euro en 2022″, exponen.

Creen que los patrones de gasto a largo plazo, especialmente los derivados del acelerado envejecimiento de la población, incluidos los costes de las pensiones y de la asistencia sanitaria, junto con el aumento del gasto militar y de los gastos por intereses, están ejerciendo presión sobre el presupuesto español.

«Se prevé que estas presiones se intensifiquen a partir de 2026, lo que podría requerir ajustes adicionales si los tipos de interés superan las previsiones actuales. La dinámica fiscal entre el Gobierno central y las administraciones autonómicas, supeditada a los acuerdos alcanzados con las autoridades regionales, podría afectar aún más significativamente a los resultados fiscales. El aumento de la liquidación de los sistemas de financiación regionales y locales contrarrestará parcialmente la retirada de las medidas en 2024″.

Destacan además que España se enfrenta al reto de un elevado endeudamiento, que se espera que disminuya sólo gradualmente hasta el 104,9% en 2024 y vuelva a los niveles anteriores a la pandemia en 2028 (98,2%). «Este lento descenso está impulsado por la consolidación presupuestaria del Gobierno, junto con el impacto de los elevados tipos de interés y las presiones sobre el gasto, a pesar del sólido crecimiento económico nominal», concluyen.