El grupo escultórico de la Santa Cena, de la Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón, Paso Morado, volverá a procesionar este Jueves Santo con la imagen original de San Felipe casi un siglo después de que se creyera perdido. Este lunes la Fundación Mediterráneo hacía efectiva la cesión al paso tras más de treinta años de reivindicaciones.
La petición, repetida en múltiples ocasiones, se sustentaba con un amplio documento que incluía un informe del Archivo Municipal que planteaba la “conveniencia de que un bien artístico que se encuentra desgajado del conjunto volviera a ocupar el lugar que le corresponde”, como firmaba el archivero municipal e investigador, Manuel Muñoz Clares.
A la cesión, que se llevaba a cabo en el Museo de Arte Sacro Nicolás Salzillo, ‘il maestro’, del Paso Morado, acudía el alcalde; el presidente del Paso Morado, Ángel Latorre; el director del Instituto de Turismo de la Región de Murcia, Itrem, Juan Francisco Martínez; el presidente de la Fundación Mediterráneo, Luis Boyer Cantó; la vicepresidenta de la fundación, Rosa Peñalver; y el director de la fundación en Murcia, Antonio Rubira.
Gil Jódar anunciaba que “de forma extraordinaria y por la expectación que ha despertado su vuelta la talla procesionará este Jueves Santo”. Y ha recordado el interés del Paso Morado por incorporar al grupo original, del que sólo quedan nueve efigies salidas de la gubia de Nicolás Salzillo, la de San Felipe. “El grupo escultórico lo realizó Salzillo en 1700 para la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Murcia, conocida popularmente como ‘los moraos’. Se cree que esta pudo ser la primera obra hecha en esta ciudad. En 1763 al contar la cofradía con un nuevo grupo hecho por Francisco Salzillo, el primitivo fue vendido a la Hermandad del Santísimo Cristo del Socorro de Lorca”.
‘La Mesa de los Apóstoles’ o ‘La Santa Cena’, como se le conoce en Lorca, es la primera obra documentada en la que se aprecia el peculiar estilo de Nicolás Salzillo. Procesionaba el Jueves Santo, día en que preside el Paso Morado, sobre trono del maestro Soriano, realizado en los años 50. Es el grupo más antiguo de cuantos salen en las procesiones lorquinas. En 1953 volvió a salir en un nuevo trono, una vez rehechas y restauradas las imágenes de vestir que habían sido destruidas o dañadas en la Guerra Civil. El grupo escultórico está incompleto en cuanto a las obras originales, aunque Manuel Carrillo y José Gerique Roig lograron suplir con su gubia las efigies perdidas de Nicolás Salzillo.