Aunque los datos demográficos no dejen de indicar que la población es cada vez más longeva, y no se deje de divulgar esto en los medios de comunicación, sigue causando sorpresa y admiración el hecho de que una persona alcance los 100 años. El siglo de vida continúa siendo algo que muy pocas personas alcanzan a conocer, y parte de ellas, lamentablemente, sufren ya un deterioro mental que les impide ser conscientes de su gesta vital. Por ello suelen maravillar los casos en que la mujer o el hombre centenario toma parte plenamente activa de la celebración y puede expresar lo que supone el haber visto pasar 100 años, uno tras otro.