Los misteriosos círculos de hadas presentes en los desiertos de al menos 15 países se forman porque las plantas ejercen una forma de inteligencia colectiva para aprovechar los recursos hídricos profundos del terreno, creando las zonas muertas para la vida vegetal que han intrigado a los científicos durante décadas.
En África, la presencia de formaciones conocidas como «círculos de hadas» ha sido un misterio para los científicos desde hace más de 50 años.
Descubiertos en los años 70 del siglo pasado, los círculos de hadas se han detectado en varias zonas áridas del mundo, además de Namibia, como Australia, Madagascar. La más reciente estimación señala que inundan los desiertos de al menos15 países.
Estas formaciones, que consisten en zonas de tierra desnuda rodeadas de vegetación, han sido atribuidas a la presencia de termitas, según una teoría propuesta por el biólogo Norbert Jürgens.
También se ha sugerido que se forman por procesos abióticos, como la disolución del suelo causada por la lluvia intensa durante los ciclones, el calor y evaporación.
Sin embargo, una nueva investigación, dirigida por Stephan Getzin y Hezi Yizhaq, ha puesto en duda esta hipótesis, sugiriendo que estas formaciones pueden ser el resultado de una adaptación colectiva de las plantas a las condiciones áridas de los desiertos.
Zonas de muerte
En un estudio publicado en la revista Perspectives in Plant Ecology, Evolution and Systematics, estos científicos explican que los círculos de hadas pueden formarse debido a la existencia de «zonas de muerte» en el suelo que impiden el crecimiento de la hierba en su interior.
Estas «zonas de muerte» se encuentran en los primeros 10 a 12 centímetros de la capa superior del suelo, donde la hierba recién germinada no puede sobrevivir más de 10 a 20 días después de las lluvias.
Esto se debe a que el suelo dentro de los círculos de hadas se seca rápidamente, impidiendo que las raíces de las plantas alcancen capas más húmedas y profundas.
Inteligencia colectiva
Sin embargo, el nuevo estudio revela que las hierbas que crecen alrededor de los bordes de los círculos pueden acceder fácilmente al agua del suelo hasta 30 centímetros de profundidad, lo que les permite prosperar.
Estos grupos de hierba, con un sistema radicular bien desarrollado, absorben el agua eficazmente, dejando el suelo dentro de los círculos convertido en zona muerta desprovista de agua para otras plantas. Es una forma no solo de aprovechar mejor los recursos disponibles, sino también de eliminar a la competencia por el agua.
Este descubrimiento no solo proporciona una explicación científica sobre la formación de los círculos de hadas, sino que también destaca la compleja interacción entre las plantas y su entorno, lo que podría considerarse una forma de «inteligencia colectiva» en el reino vegetal, según los autores de la nueva investigación.
Patrones para el uso del agua
La inteligencia colectiva se refiere a la capacidad de un grupo de individuos para resolver problemas o tomar decisiones de manera conjunta, superando las limitaciones individuales.
En el contexto de los círculos de hadas, la inteligencia colectiva se relaciona con la capacidad de las plantas en estas formaciones para adaptarse y sobrevivir en entornos áridos, mediante interacciones y adaptaciones conjuntas.
A través de esta inteligencia colectiva, las plantas en determinadas regiones desérticas pueden crear patrones que maximizan la eficiencia en el uso del agua y los recursos disponibles, lo que les permite prosperar en condiciones desafiantes.
La investigación sugiere que estas formaciones pueden ser el resultado de una adaptación colectiva de las plantas a las condiciones áridas, lo que destaca la importancia de la colaboración y la interacción entre los organismos para lograr el éxito en entornos adversos.
Plantas Inteligentes
Esta investigación confirma que las plantas son capaces de exhibir comportamientos y funciones que se asemejan a la inteligencia, a pesar de no tener un cerebro centralizado como los animales.
Diversas investigaciones han demostrado que las plantas pueden recordar y adaptarse a sus entornos, y también que pueden «escuchar» y reaccionar a estímulos ambientales a través de sus raíces, como demostró un estudio publicado en 2017 en la revista Oecología.
También se ha comprobado que pueden sentir la presencia de sus vecinas gracias a la detección de infrarrojos durante la fotosíntesis, así como su olor, y que las avisan de peligros a partir de recuerdos traumáticos pasados. Asimismo, se sabe que utilizan a los animales con fines defensivos, para polinizarlos o dispersar sus semillas, y que despliegan estrategias para evitar agresiones.
Todo ello implica que las plantas son capaces de tomar decisiones. Los círculos de hadas serían una manifestación más de esta asombrosa inteligencia vegetal, expresada en esta ocasión de forma colectiva, tal como había sugerido también un estudio publicado en 2014.
Referencia
Desiccation of undamaged grasses in the topsoil causes Namibia’s fairy circles – Response to Jürgens & Gröngröft (2023). Stephan Getzin, Hezi Yizhaq. Perspectives in Plant Ecology, Evolution and Systematics, Volume 63, June 2024, 125780. DOI:https://doi.org/10.1016/j.ppees.2024.125780