El sector agroalimentario español, que ha dado muestras de su fortaleza en la reciente feria Alimentaria de Barcelona y que puede presumir de ser el gran motor exportador del país, tiene, sin embargo, varios retos por delante. Uno de ellos, el cambio climático, que pone en entredicho cosechas y recursos clave como el agua. El otro, la soberanía alimentaria, que debería asegurar un abastecimiento asequible de productos básicos a toda la población. Y un tercero aún, unas legislaciones que demasiadas veces se redactan «atendiendo a las modas, cuando lo que debería guiarlas es una base científica solvente«, observa Fernando Moraleda, director de la Oficina Alimentaria de la consultora Llorente y Cuenca (LLYC).