Para la línea dura del oficialismo ruso, Ucrania no es suficiente. Un ejemplo vívido es el del programa del conocido propagandista del Primer Canal – Pervy Kanal en ruso, estatal- Vladímir Solovyov, donde los invitados que hablan de invadir Suecia o bombardear capitales europeas son bienvenidos. El mismo conductor del programa sugirió que estaría bien bombardear Madrid. No es un programa satírico, ni de ficción, son personas pagadas por los medios estatales rusos (por lo tanto por el Estado ruso) que pontifican sobre qué países podrían o deberían ser los siguientes en el punto de mira de Moscú.
Los incendiarios tertulianos rusos no tiemblan a la hora de hablar de invadir países, ya sea por razones de “seguridad” o recuperar “territorios históricos” de Rusia. Estas amenazas, como la de conquistar la isla báltica de Gotemburgo para apoyar una invasión de Estonia, Letonia y Lituania, resonaron en Estocolmo. Suecia unió a la OTAN para protegerse este 2023, tal y como hizo previamente Finlandia. Se puede entender claramente con qué país ha tenido tensión Rusia durante la semana viendo el late show del domingo de Solovyov, fijándose en qué país estaba en el centro de la atención.
Uno de los debates más recientes era sobre qué capital europea debe bombardearse, entre las cuáles suenan Bucarest, París, Marsella, Lion, Hamburgo y Munich. Alegremente discuten con sonrisas en el rostro cuáles de ellas deberían ser el objetivo ruso. El presentador del programa, lejos de frenar esta discusión, forma parte de ella gustosamente. Cuando España envió tanques a Ucrania en uno de sus monólogos delante del micrófono pidió quemar capitales occidentales como Madrid, además de Washington, Berlín, París y Londres.
Desde NTV, un medio privado del establishment ruso, Tigrán Keosián, marido de la jefa de RT (antigua Russia Today) Margarita Simonián, aseguró que tras Ucrania, el siguiente en la lista es Kazajistán. Esto le supuso que Astaná le declarara «persona non grata» y no pueda entrar en su territorio. El país centroasiático, que cuenta con una importante minoría de rusos en sus regiones más al Norte, fue señalado no solo por Keosián, si no también por el diputado de la Duma local de Moscú, Serguéi Savostianov, como objetivo para “desnazificar”. Eso es algo que el político pidió, además de añadir a la lista a países como Moldavia, Estonia, Letonia, Lituania y Polonia. Estos últimos cuatro países suelen ser los preferidos, con permiso de Estados Unidos, para todo tipo de críticas, insultos y amenazas de representantes del poder y los medios rusos.
Advertencias desde arriba
Un caso algo más complejo es el de Georgia. Ha sido un país que ha tenido una gestión muy difícil respecto al conflicto rusoucraniano, tanto que ha provocado tensiones entre Gobierno y la población. Reticente a aplicar sanciones o a activar un discurso beligerante, Moscú le agradeció de la mano del ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, “no ser una molestia”. Sin embargo en las calles se apoya con mucho entusiasmo a Kiev, por que muchos piensan que tras Ucrania, ellos podrían ser los siguientes. Ellos saben ya por la guerra de 2008 lo que es perder un conflicto contra Rusia. En dicho año vivieron una corta pero dolorosa enfrentamiento armado con Moscú y sus aliados. Algo parecido se percibe entre los ciudadanos de Moldavia, aunque su Gobierno si se ha posicionado más abiertamente al lado del ucraniano, algo que no ha gustado en Moscú, que se ha respondido con algunas amenazas veladas como la de anexionarse Transnistria, un estado sin reconocimiento en territorio moldavo.
Más allá de tertulianos y políticos más bien desconocidos, hay uno que destaca. Conocido por haber sido presidente ruso entre 2008 y 2012, alguien que prometía ser modernizador, Dmitri Medvedev ahora es un ultra más del régimen putinista. Abiertamente asegura que la mayor parte de Ucrania será parte de Rusia en el futuro y repetidamente ha asegurado en inglés en redes sociales que el mundo no necesita a este país. Últimamente ha tuiteado en francés críticas duras e insultos contra el presidente galo Emmanuel Macron, al que llamó “cagado” por no haber ido a Kiev, entre otras afirmaciones del mismo calibre.
En la misma línea, ante un medio francés, la cadena BFMTV , el vicepresidente de la Duma Piotr Tolstói explicó que Rusia “considera” tirar una bomba nuclear sobre París, a donde se tardaría unos «dos minutos» en llegar aproximadamente. En un francés fluido, explicó ante su entrevistador que lamenta las malas relaciones entre Francia y Rusia, pero que para la seguridad de su país se contempla el lanzamiento de un proyectil atómico sobre la capital francesa, que tardaría algo más de dos minutos. Tanto Medvédev como Tolstói son los principales nombres del régimen que han apuntado directamente a otros países.
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