El paisaje después de la escaramuza mediático-fiscal como prólogo a la acción de la magistrada María Iglesias Sánchez, titular del juzgado de instrucción número 19 de Madrid, que admitió el pasado viernes 22 una denuncia de la fiscalía de Madrid contra Alberto González Amador por dos presuntos delitos fiscales (350.951 euros) y uno de falsedad, en un contrato de venta de mascarillas, registra unas nubes que han oscurecido, momentáneamente, delitos fiscales de manual y han provocado una nueva autovictimización de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por una presunta persecución al que la sometería el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, en este caso a través de una investigación contra su novio.