La Federación Española de Dislexia (FEDIS) ha reclamado que la nueva normativa de la Evaluación del Bachillerato del Acceso a la Universidad (EBAU) recoja la no penalización de las faltas de ortografía en el alumnado con dislexia y otras dificultades específicas de aprendizaje.
Aunque el borrador del proyecto de real decreto de la nueva EBAU, recoge que los parámetros que reducen la nota del examen un 10 por ciento por faltas de ortografía o gramaticales «podrán flexibilizarse en el caso del alumnado con necesidad específica de apoyo educativo», FEDIS pide que ninguna comunidad autónoma baje la nota del alumnado con dislexia por este motivo.
La Federación Española de Dislexia trabaja desde 2006 para que todas las comunidades autónomas cuenten con las adaptaciones de acceso y flexibilización de tiempos para garantizar que los aspirantes «estén en igualdad de condiciones y oportunidades en las pruebas de acceso a la universidad».
La federación insiste al Gobierno que las adaptaciones «deben ser las mismas para todas las comunidades autónomas y deben estar consensuadas entre los ministerios implicados y los expertos en la materia, y no tomar las adaptaciones de Bachillerato como referencial tal como reza el borrador de la nueva normativa».
Desde FEDIS denuncian que «la mayoría de personas con dislexia no están teniendo las adaptaciones a las que tienen derecho por ley» y advierte de que «puede haber casos en el que el diagnóstico llegue tarde y no hayan tenido nunca una adaptación, por lo que verían menoscabados sus derechos a la hora de realizar la Selectividad».
El alumnado con dislexia presenta entre otras características, una alteración en el proceso fonológico, y por ello tienen serias dificultades para poder discriminar y recordar sonidos que van con cada letra y también confunden en la escritura, a la hora de elegir qué letra debe utilizar en una palabra, si esta letra tiene otra que se asemeja por su fonética.
«En demasiados casos esta sintomatología es penalizada, con lo cual se está llevando a cabo una grave discriminación al alumnado que padecen este tipo de trastornos de aprendizaje», alerta FEDIS, destacando que las personas con dislexia y otras dificultades específicas de aprendizaje (DEA) representan a más del 10% de la población mundial según la Organización Mundial de la Salud.