Estepa, apodada el «Balcón de Andalucía», se sitúa en el cerro de San Cristóbal, desde donde se pueden observar unas impresionantes vistas panorámicas que abarcan desde Sevilla, Córdoba y Málaga y, en días claros, hasta los picos de Sierra Nevada. Esta localidad sevillana, con un profundo legado histórico, remonta sus orígenes a asentamientos humanos pre-romanos, evolucionando a través de las épocas romana, visigoda, islámica, y cristiana, cada una dejando una huella indeleble en su estructura e identidad.
Se cree que la ciudad toma su nombre de la flor de Stipa, abundante en la región y emblemática en su cultura, reflejada en el arte local y la devoción religiosa, como en los bordados de la Virgen de los Remedios y su Niño. Además, distingue a Estepa su estratégica ubicación sobre un cerro, que la convirtió en un centro de poder e influencia y un codiciado bastión a lo largo de los siglos para todas las culturas.
Los antiguos orígenes de Estepa
Los primeros pobladores de los que se tiene constancia en esta región andaluza fueron los turdetanos. Tiempo después, los cartagineses fundaron la ciudad de Astapa, la cual fue destruida a manos de sus habitantes antes de pudiera ser entregada a los romanos, quienes construyeron allí Ostippo. Esta ciudad romana fue un cruce estratégico de caminos, destacándose por su activa vida política y su importancia económica y religiosa, con evidencias arqueológicas que incluye el notable santuario del Tajo Montero, cuyas piezas se conservan en museos de prestigio como el Louvre y el Museo Arqueológico Nacional.
La transición hacia la era visigoda mantuvo la importancia de Estepa en la comarca, revelada a través de descubrimientos de estructuras civiles y religiosas ligadas al cristianismo emergente. No obstante, con la llegada de Al-Andalus, Estepa volvió a transformarse, en este caso en Istabba. Este periodo dejó vestigios islámicos en su arquitectura, incluyendo partes de la antigua mezquita dentro de la Iglesia de Santa María, así como elementos califales y almohades en su fortificación y murallas urbanas.
La Reconquista cristiana por Fernando III en 1241 marcó el inicio de una nueva era para Estepa, que fue otorgada a la Orden de Santiago. La localidad jugó un papel crucial como frontera en los conflictos contra el reino nazarí. Durante este tiempo, se reforzó su defensa y se erigieron nuevos monumentos religiosos, combinando el legado islámico con las nuevas influencias del cristianismo.
En el siglo XVI la modernidad llegó a Estepa con la venta de la ciudad y sus territorios a la familia genovesa de los Centurión, más tarde conocidos como los marqueses de Estepa, que marcó un periodo de esplendor artístico y monumental. Varios estepeños destacaron en la empresa americana, vinculando a Estepa con la historia de la exploración y colonización del Nuevo Mundo.
Estepa siguió evolucionando hasta convertirse en un reflejo de la historia de Andalucía, desde los señoríos hasta el caciquismo, y enfrentándose a fenómenos como el bandolerismo. Hoy, con el título de ciudad desde 1886 y declarada Conjunto Histórico-Artístico, Estepa sigue manteniendo su relevancia a través de la producción de aceite y sus famosos mantecados.
¿Qué ver en Estepa?
Estepa ofrece un recorrido fascinante a través de su rico patrimonio histórico, cultural y turístico. La Torre Ochavada, pequeño torreón del siglo XIII, es el punto de partida perfecto para explorar Estepa. La torre, ubicada en el cerro de San Cristóbal, alberga la Oficina de Turismo, donde se pueden obtener mapas y folletos, además de contratar visitas guiadas por la localidad.
La Torre Ochavada de Estepa que alberga la Oficina de Turismo. visitestepa.com
Por otra parte, el conjunto formado por el castillo, la Torre del Homenaje y las murallas nos introduce en la historia de Estepa. La Torre del Homenaje, accesible a los visitantes, ofrece vistas panorámicas impresionantes que, en días despejados, llegan hasta Sierra Nevada.
Asimismo, con un origen que se remonta al siglo X, la Iglesia de Santa María la Mayor es un magnífico ejemplo de la arquitectura gótico-renacentista, conservando elementos de una anterior iglesia mudéjar y de la mezquita sobre la que fue construida. También la Torre de la Victoria, de 40 metros de altura y declarada Monumento Nacional por su importancia barroca, tiene, junto a los restos aún visibles del convento a la que pertenecía, un valor histórico y arquitectónico realmente incalculable.
Torre de la Victoria de estilo barroco declarada Monumento Nacional, en Estepa, Sevilla.
Otra parada indispensable es el Convento de Santa Clara, fundado en 1599, que es famoso por su impresionante pintura mural sevillana del siglo XVI. Un lugar que encapsula la riqueza artística y espiritual de Estepa. Y para aquellos que sean unos auténticos apasionados de la historia y cultura, el Museo de Estepa les ofrece una mirada profunda a la evolución de la ciudad a través de artefactos arqueológicos, obras de arte y documentos históricos de gran antigüedad.
Por último, la tradición dulcera de Estepa cobra vida en la Calle de los Mantecados. Este emblemático lugar alberga numerosas fábricas y tiendas donde se pueden degustar y conocer más sobre la producción artesanal de estos famosos dulces. Aunque la oferta gastronómica de la ciudad va más allá de sus mantecados, ofreciendo platos tradicionales andaluces que hacen uso del aceite de oliva virgen extra como ingrediente estrella. Un recorrido por sus bares y restaurantes es una deliciosa forma de conocer la cultura local.
Gastronomía tradicional estepeña
La fama de Estepa se dispara durante la temporada navideña gracias a su ancestral tradición en la fabricación de mantecados y polvorones. Este dulce, típico de las Navidades en España, ha sido producido artesanalmente en Estepa desde el siglo XIX, y la ciudad es conocida como la capital del mantecado. La producción de estos dulces, junto con su Denominación de Origen Protegida, atrae cada año a visitantes de todo el país.
No obstante, Estepa tiene otros platos típicos, como el salmorejo que sobresale por su intenso sabor y frescura: una verdadera delicia especialmente apreciada en los meses de calor. También los garbanzos son protagonistas en la cocina estepeña, ya sea acompañados de verduras o en la tradicional pringá, constituyen la base de muchos guisos que revelan la importancia de las legumbres en la dieta local. Asimismo, el Aceite de Oliva Virgen Extra con Denominación de Origen Protegida Estepa es un ingrediente que no puede faltar, elevando cada plato con su inigualable calidad.
El arte del tapeo, tan arraigado en la cultura andaluza, también tiene su espacio en Estepa, permitiendo degustar desde el pescaíto frito hasta el jamón serrano, pasando por una variedad de tapas que son un verdadero festín para los sentidos. La experiencia gastronómica se cierra con postres como roscos de almendra, pestiños y los ochíos, típicos de Semana Santa, sin olvidar, por supuesto, los mantecados y polvorones que han dado fama a Estepa.
Por todo lo mencionado anteriormente, recomendamos visitar esta preciosa ciudad sevillana en Navidad o durante las celebraciones de Semana Santa, pues la de Estepa fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional de Andalucía en 2001. Así como durante la Feria de Estepa, que se disfruta el primer fin de semana de septiembre. Aunque, todo sea dicho, Estepa es capaz de enamorar a sus visitantes sea cual sea la fecha del viaje, es un destino imprescindible todo el año.
Síguenos en Whatsapp y recibe las noticias destacadas y las historias más interesantes