“Sube la pierna izquierda al escalón, luego la derecha, estírate hacia dentro, mira a la izquierda”, indica al visitante uno de los guías, justo antes de encender la luz e iluminar la cavidad. “¡Buah, qué pasada! ¡es alucinante!”, exclama el turista al ver por primera vez la geoda de Pulpí.