La portavoz del Gobierno y ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, Pilar Alegría, reivindicó este viernes las políticas socialistas en contraposición al proyecto «vacío de contenido» del PP. Lo hizo en el Foro Municipalista que dio el pistoletazo de salida en el hotel Orange de Benicàssim al congreso del PSPV-PSOE. Y estuvo acompañada en la mesa redonda del alcalde de Elda y vicepresidente de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP), Rubén Alfaro; la alcaldesa de la Vall d’Uixó, Tania Baños; y el alcalde de Riba-roja del Túria, Robert Raga; además del secretario de Formación de los socialistas valencianos, Miguel Soler, quien ejerció de moderador.
La ministra quiso transmitir a la multitud de cargos del PSPV presentes que la prioridad es «trabajar para los ciudadanos y para mejorar su calidad de vida». «Ese es el interés que nos mueve, a pesar del humo que algunos quieren generar», dijo Alegría, proclamando que «hacen ruido porque no quieren que se escuche el proyecto vacío de contenido del PP».
«Quedan tres años y medio para seguir construyendo y consolidando derechos», apuntó, con la vista puesta en el objetivo de recuperar el gobierno de la Generalitat en el 2027. «Frente a cualquier mentira del PP, honestidad y transparencia, serenidad y más derechos», indicó a los asistentes.
Alegría remarcó la importancia de los ayuntamientos y puso en valor las políticas impulsadas desde el Gobierno de Sánchez en materias como la educación, con ella como ministra al frente. Ahora bien, quiso destacar «el trabajo desempeñado por Ximo Puig«, de quien elogió su «bondad» suponiendo, junto a su equipo, «un tiempo de esperanza, honestidad y limpieza para esta tierra».
No se olvidó de la que será oficialmente la nueva secretaria general del PSPV tras este fin de semana, Diana Morant, de quien hizo hincapié en sus «profundas convicciones socialdemócratas» y de su «fortaleza tranquila». «Si hoy celebramos estar con la primera secretaria general, todavía será más importante celebrar en 2027 que tendremos la primera presidenta de la Generalitat», añadió.
Y en clave nacional, la portavoz del Gobierno reclamó al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que exija la dimisión de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, porque «nos ha mentido» y «ha manchado el buen nombre de los funcionarios».
Más allá de la ministra de Educación, los diferentes cargos socialistas de la administración local fueron repasando los cambios que ha supuesto la entrada en la Generalitat del PP y Vox.
«Se han parado motores hacia un lado y se van a llevar hacia otro», apuntó Alfaro, quien consideró que «las cinco iniciativas (legislativas) presentadas por la ultraderecha son lamentables y tiran por tierra un trabajo importante con Ximo Puig al frente de la Generalitat». Sobre la relación del ejecutivo con los ayuntamientos, el vicepresidente de la FVMP dijo que han vivido «ocho meses de absoluta soledad, pues antes llamabas y siempre se ponía una autoridad». Por ello abrió la puerta a «a utilizar la herramienta del Gobierno de España para ver cómo no estar en esta soledad».
Raga, por su parte, incidió en la «arquitectura de defensa de los avances en derechos y libertades levantada por el Botànic», refiriéndose a iniciativas como Convivint o Edificant. «Veo que el nuevo president está intentando desmontar esa arquitectura a base de titulares de contenido vacío«, lamentó el alcalde de Riba-roja.
Por su parte, la munícipe de la Vall d’Uixó, Tania Baños, se centró en la memoria democrática: «Si ellos defienden el franquismo, nosotros la democracia», sentenció, sosteniendo que «el gobierno valenciano va de cambio, pero es el zaplanismo de siempre y no hay que ocultarlo». «Tenemos la tarea de contraponer modelos, como el de Sánchez, pero también haciéndolo desde lo local», planteó, en línea con las palabras de Alegría.
A todos ellos se sumaron intervenciones desde el público, como la del primer edil de Vila-real, José Benlloch o de la alcaldesa de Sant Mateu, Ana Besalduch, que alabó las políticas para luchar contra la despoblación que puso en marcha el gobierno del Botànic.