Creadoras: Katja Juras y Anna Lindblom
Dirección: Jonas Alexander Arnby
Reparto: Alexandra Rapaport
País: Suecia
Duración: 45 min. (8 episodios; cuatro vistos para reseña)
Año: 2024
Género: ‘Thriller’ psicológico
Estreno: 22 de marzo de 2024 (SkyShowtime)
★★★
No mucho después de la finlandesa-sueca ‘Codename: Annika’, SkyShowtime vuelve a probar suerte en terrenos de ‘nordic noir’ con la enteramente sueca ‘Veronika’, que dirige, por otro lado, un danés: el talentoso Jonas Alexander Arnby, antiguo colaborador de Lars von Trier (departamento de utilería) que debutó como director de largos en 2014 con ‘Cuando despierta la bestia’, aplaudida fábula licantrópica sobre los juicios que han sufrido las mujeres a lo largo de los tiempos. Cinco años después dirigió a Nikolaj Coster-Waldau, alias Jaime Lannister, en la interesante ‘Plan de salida’, intriga onírica sobre un extraño hotel donde los huéspedes hacen realidad sus fantasías de suicidio.
‘Veronika’ cuenta también con un alto componente de irrealidad. Su heroína titular es una policía aquejada, primero, de extrañas pesadillas, algo que ni siquiera su dieta secreta de ansiolíticos parece aplacar. Y después, todavía peor, de visiones imposibles que irrumpen con naturalidad en la cotidianidad más creíble, como sucede en los libros de Stephen King. En el pasado tuvo episodios psicóticos, así que entiende que todo puede estar en su cabeza.
La estrella sueca Alexandra Rapaport (a la que vimos en ‘La caza’, de Thomas Vinterberg) interpreta con contención, con más introversión de la habitual en ella, a esta narradora tan poco de fiar; o quizá todo lo contrario, capaz de ver más allá de donde los comunes vemos. Sus visiones parecen ligadas a una desaparición real y una serie de asesinatos, y poco a poco, sin exceso de explicaciones, el objeto de investigación empieza a ser menos la mente de Veronika que un pequeño pueblo lleno de secretos, como buen pequeño pueblo de ‘nordic noir’.
Uno de los grandes aciertos de ‘Veronika’ es la descripción detallada de la vida familiar de su protagonista; una decisión que parece cobrar cada vez más significado conforme avanza la acción. Observamos cómo su adicción a las pastillas la ha alejado de los suyos, de su marido Tomas (el noruego Tobias Santelmann, de la famosa comedia negra ‘Exit’) y sus dos hijos, el pequeño Simon (Eddie Eriksson Dominguez) y la mayor Liv (Sarah Rhodin), ambos casi sin madre mientras navegan por momentos difíciles de sus vidas, el ‘bullying’ en el caso del primero y la decepción deportiva en el caso de la segunda.
Todo en la serie, incluyendo esas escenas familiares, está filmado con una elegancia digna de mención: el director de fotografía Niels Thastum se marca bellas composiciones en pantalla ancha y la puesta en escena está medida al detalle. Thastum es un viejo aliado de Arnby, igual que el compositor Mikkel Hess (Hess Is More), que ofrece un tema principal embrujador. Se nota en todo momento la presencia de un verdadero cineasta en las decisiones formales; alguien que entiende que es mejor mostrar antes que contar.
Si no llegamos a hablar de nuevo clásico es por una parte sobrenatural construida con útiles bastante rudimentarios, con sustos mil veces vistos (esa sombra pasando apresuradamente por delante de la cámara) o alguna evocación diluida (el árbol que se extiende en sueños sobre Veronika podría echar raíces en ‘Poltergeist’ y ‘Posesión infernal’, pero ni mucho menos llega a enredarse con igual fuerza en nuestra memoria). Es en estos momentos en los que, además, la música de Hess deja de ser sugerente para volverse bastante obvia. Seguramente ‘Jordskott’ seguirá por delante como referente del ‘nordic noir’ paranormal.