Algo está cambiando en el patrón productivo de la economía española. La inversión en vivienda sigue perdiendo peso y en los dos últimos años ha adelgazado hasta representar el 29% del total (lejos del 40% que alcanzó en el ‘boom inmobiliario’). Y dentro de la inversión no residencial, ganan terreno la maquinaria y la tecnología, mientras que la construcción retrocede hasta representar el 3,6% de esta, (lejos del 13,1% que alcanzó en la primera parte del siglo).