Algo está cambiando en el patrón productivo de la economía española. La inversión en vivienda sigue perdiendo peso y en los dos últimos años ha adelgazado hasta representar el 29% del total (lejos del 40% que alcanzó en el ‘boom inmobiliario’). Y dentro de la inversión no residencial, ganan terreno la maquinaria y la tecnología, mientras que la construcción retrocede hasta representar el 3,6% de esta, (lejos del 13,1% que alcanzó en la primera parte del siglo).
Así al menos lo detecta la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), tras actualizar la base de datos ‘El stock y los servicios de capital en España y su distribución territorial y sectorial’, con datos desde 1964 hasta 2023. «El patrón de acumulación de capital en España está cambiando, en direcciones que, progresivamente, deberían tener consecuencias positivas sobre la productividad, lastrada durante muchos años por una composición de las inversiones escasamente productiva», concluyen los autores del análisis dirigido por los profesores e investigadores del Ivie Francisco Pérez, Matilde Mas y Juan Fernández de Guevara.
Según el estudio que acompaña a esta actualización de la base de datos, la inversión en España ha crecido un 2,7% de media anual en 2022 y en 2023 en términos reales. El avance de la inversión estimada por el Ivie no coincide con las estimaciones del Instituto Nacional de Estadística (INE), que calcula
. En realidad, según Francisco Pérez, los cálculos del Ivie sí coinciden con los del INE en términos nominales (en millones de euros de inversión), pero existe una discrepancia en las tasas reales, pues el instituto valenciano corrige el dato numérico con una inflación menor que el deflactor aplicado por el INE. De un modo u otro -aclara Francisco Pérez- esta discrepancia no altera las conclusiones sobre el reparto de la inversión entre los distintos sectores productivos. De un modo u otro, tanto los datos de la Contabilidad Nacional como los de las series que maneja el Ivie llegan a la misma conclusión de que el esfuerzo inversor de España aún sigue por debajo del nivel prepandemia: apenas representó el 19,3% del PIB en 2023, mientras que en 2019 superó el 20%.
Patrón productivo
Según los cálculos del Ivie, el crecimiento medio anual del 2,7% de la inversión en cada uno de los dos últimos años entraña una caída de la formación de capital en la agricultura (-5,2%), en la energía (-1,5%) y en la construcción (-3,7%), mientras que anota incrementos en la industria manufacturera (3,7%) y tanto en los servicios públicos (2,1%) como en los privados (4,8%). «El mayor crecimiento de la inversión en las ramas mencionadas indica un avance de la formación de capital en actividades que concentran más sus inversiones en maquinaria (caso de la industria manufacturera), equipos de transporte, tecnologías de la información (TIC) y activos inmateriales (caso de los servicios, especialmente los avanzados), y menos en los activos de construcción no residencial (infraestructuras, naves, locales, etc.)», resumen los autores del informe.
Según su análisis, «estos cambios en la estructura de la inversión de los últimos años no son nuevos, pues comenzaron al finalizar el boom inmobiliario y han ido consolidando una orientación de la formación de capital española hacia actividades más productivas».
En particular, la creciente inversión en servicios privados y en la industria manufacturera ha hecho que estas actividades aumenten su peso en la inversión no residencial total, hasta suponer casi el 70% en los últimos tres años frente al 59% que representaban en 2007. La inversión de las manufacturas ya supone el 17,6%, mientras que los servicios privados son el 52,4%. Por el contrario, la construcción ha pasado de suponer el 13,1% de la inversión no residencial en 2007 a solo un 3,6% en los dos años más recientes.
Inversión pública y privada
En definitiva, «la nueva composición sectorial de la inversión hace que ganen peso los activos intensivos en tecnología y conocimiento: la maquinaria, las TIC y los activos inmateriales», se apunta. Estos cambios han hecho que en 2023 más de un 36% del stock de capital no residencial se concentre ya en al industria manufacturera (13,7%) y los servcios avanzados (23,5%).
La llegada de los fondos Next Generation EU se apunta como una de las palancas que en los últimos años ha permitido una recuperación de la inversión pública después del duro ajuste que experimentó esta variable en los años posteriores a la Gran Recesión. Según los datos del Ivie, la inversión pública creció el 4% en 2022 y el 1,9% en 2023 (frente a respectivos 2,5% y 2,9% de la inversión privada en cada uno de los dos años).