En España, durante el pasado año, 40.203 personas fueron diagnosticadas de cáncer colorrectal, uno de los tres tumores que pueden ser detectados precozmente a través de un programa de cribado: el Test de Sangre Oculta en Heces (TSOH). Un cribado que ahora cumple una década de inclusión en la cartera de servicios Comunes del Sistema Nacional de Salud (SNS) sin conseguir los objetivos que se habían fijado. 2024 es la fecha límite que se dieron las comunidades para alcanzar el 100% de implantación del programa de cribado en nuestro país y alcanzar el 65% de participación de la población diana. No se ha cumplido este compromiso. Pero, además, faltan recursos. Y existen listas de espera para hacerse pruebas como una colonoscopia tras un resultado positivo.
Según los últimos datos publicados por la Red de Programas de Cribado de Cáncer, de 2019, «se evidencia una desigualdad en todo el territorio español tanto en implantación como en participación, con una cobertura media estimada del 50%». Así se ha expuesto este viernes en una jornada que ha reunido a destacados expertos nacionales e internacionales para analizar la situación del programa en España y en Europa y que se ha celebrado en el Ministerio de Sanidad.
Sin datos actualizados
Coorganizada por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) -la entidad que impulsó el cribado de colon en nuestro país en 2007- y el Ministerio, la jornada fue inaugurada por Pedro Gullón, director general de Salud Pública y Equidad en Salud. En el encuentro -bajo el título de ’10 años del programa de cribado de cáncer colorrectal. Avances y retos’- se ha puesto de manifiesto que, pese al orgullo que supone la implantación de este programa, desde hace una década, en España, no existen datos actualizados, homogeneizados, centralizados y transparentes para garantizar la equidad en todo el territorio y poder valorar su efectividad.
Gullón aludió a esa década que ha cumplido el programa de cribado cáncer de colon, un momento de celebración, dijo, pero también de reflexión de cara al futuro para mejorar los indicadores de ese programa. Es conocido por la evidencia científica que este tipo de pruebas disminuyen la aparición de la enfermedad, apuntó el director general de Salud Pública y que España cuenta con un sistema sanitario público al que el cribado puede llegar.
Ampliación de la edad
A partir de ahí, desglosó las novedades que se incorporarán en este programa en los próximos meses. Como la propuesta de ampliación de esas pruebas hasta los 74 años -actualmente el test se hace en personas con entre los 50 y 69 años- que se llevará a una próxima Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial.
Pedro Gullón recordó también que el Ministerio de Sanidad ha distribuido, desde 2021, al conjunto de comunidades y ciudades autónomas un total de 7,5 millones de euros del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia para financiar proyectos de mejora de la cobertura del cribado poblacional del cáncer colorrectal.
Voluntad política
La clausura del acto ha corrido a cargo de Ramón Reyes, presidente de la Asociación Española Contra el Cáncer y de la European Cancer Leagues. Tan claro y directo como siempre ha enfatizado: «Se necesita voluntad política para dotar de recursos humanos y técnicos para poder hacer frente a la avalancha de colonoscopias derivadas de los programas de cribado. De nada sirve alcanzar el 65% de participación si no hay ni equipos ni personal para hacerlas». Con esta petición, remarca la AECC, se busca poder evaluar adecuadamente el funcionamiento de estos programas, sus barreras y sus facilitadores y sus resultados en la salud de la población.
Porque, más allá de ese compromiso no cumplido tanto en la implementación de los programas como en la cobertura de población alcanzada, la falta de recursos en la sanidad pública planeó a lo largo del encuentro. Así lo dijo el doctor Rodrigo Jover, del Hospital Dr. Balmis, de Alicante, quien describió unidades de endoscopias saturadas y listas de espera para hacerse una colonoscopia en aquellos pacientes que, en las pruebas en heces, dan un resultado positivo. Algo que tachó de «lamentable».
Una década de vida
El Programa de prevención y detección precoz del cáncer colorrectal nació de la mano de la AECC. En 2007, la Asociación impulsó un proyecto de investigación del doctor Antoni Castells con el que se consiguió confirmar el Test de Sangre Oculta en Heces (TSOH) como una prueba válida. En 2013, con el apoyo de la sociedad, se presentaron casi 600.000 firmas solicitando al Ministerio de Sanidad que incluyera el cribado den la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud. En 2014, se introdujo este test para la realización de los programas de cribado poblacional del cáncer colorrectal.
Desde entonces, la Asociación ha estado trabajando en dos planos: uno con las administraciones para acelerar la implantación al 100% antes de la fecha límite y con campañas de concienciación social para que la población en edad de riesgo partícipe en los programas de cribado. Las comunidades contaban con un periodo de cinco años para iniciar su implantación y diez años para alcanzar una cobertura cercana al cien por cien. Como se ha dicho, objetivo no cumplido.
Una década de cribados
En la jornada, participaron expertos y pacientes que analizaron la situación del programa de cribado de cáncer de colon y los retos para eliminar las inequidades y que toda la población entre 50 y 69 años tenga las mismas oportunidades de detectarse precozmente, ya que 9 de cada 10 personas sobrevivirían de hacerlo.
En la primera parte, se hizo un repaso de estos diez años del programa y se puso de manifiesto que, con datos actualizados al 2019 por la Red de Programas de Cribado, hay una desigualdad en todo el territorio español en la implementación y participación del cribado, con una cobertura media estimada del 50%, donde muchas comunidades no cumplen con el objetivo marcado.
Los determinantes sociales
En la segunda parte de la jornada, se abordaron los determinantes sociales que afectan a la participación de la población diana tales como factores socioeconómicos, culturales, de información sobre los factores riesgo o la ruralidad de algunas zonas de España.
Se observa una menor participación, se remarcó, en la población entre los 50 y 55, ya que existe menor sensación de riesgo de desarrollar un cáncer; que los hombres tienden a participar menos que las mujeres o que comunidades con rasgos culturales propios tienen menor participación en los programas de cribado.