El anuncio del cáncer de Kate Middleton ha cerrado las especulaciones sobre el estado de salud de la princesa de Gales para visibilizar un problema cada vez más frecuente en los países desarrollados: el alto número de tumores en mujeres jóvenes.
Lo último que se sabía de la salud de la princesa es que se sometió a una cirugía abdominal el pasado enero. Este viernes, en un corto vídeo, ha explicado que «en ese momento se creía que mi enfermedad no era cancerosa».
Sin embargo, el análisis de las muestras tras la operación de enero reveló la presencia de células cancerígenas. «Por lo tanto, mi equipo médico recomendó que me sometiera a un tratamiento de quimioterapia preventiva y me encuentro ahora en sus fases iniciales».
La información que ha trascendido hasta el momento sobre el diagnóstico de la princesa de Gales indica que se detectó tras someterse a una cirugía abdominal, por lo que desestimaría un cáncer de mama, melanoma o tiroides, que se encuentran entre los más diagnosticados en mujeres de su edad. Una intervención en dicha zona es más común en los tumores gastrointestinales o genitourinarios, que se encuentran también entre los más frecuentemente diagnosticados en esa franja de edad.
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La presencia del cáncer en mujeres jóvenes como Kate Middleton, que tiene 42 años, es un tabú que está costando romper. Pero su caso no es único.
De hecho, el número de cánceres en mujeres de hasta 45 años en España casi duplica al de los hombres: se esperan 10.018 diagnósticos este 2024 en ellas frente a 5.920 en ellos.
Varios estudios han subrayado recientemente cómo el número de tumores en edades en las que no es frecuente diagnosticar un cáncer se está multiplicando.
Así, el pasado septiembre la revista médica BMJ Oncology advertía que «el panorama epidemiológico de la incidencia del cáncer está cambiando». Un estudio apuntaba que los casos en menores de 50 años habían crecido un 79% a lo largo de los últimos 30 años: se pasó de 1,82 millones en todo el mundo en 1990 a 3,26 millones en 2019.
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Otro más, publicado en JAMA Network Open, reflejaba que, entre 2010 y 2019, la incidencia de tumores gastrointestinales en Estados Unidos había crecido de 13,65 casos por cada 100.000 tumores a 23,74, siendo el segundo más diagnosticado tras el de mama y por encima de los del sistema urinario.
En 2022, una revisión ya advertía de un incremento de los cánceres colorrectales advirtiendo que, además, en la población joven se diagnosticaban en estadios más avanzados.
El cáncer más frecuente, con diferencia, en mujeres jóvenes es el de mama. De hecho, en Reino Unido supuso la mitad de los tumores diagnosticados en mujeres de entre 40 y 44 años, seguido del melanoma (9%), cuello uterino (6%), colorrectal (5,6%), tiroides (5,4%) y ovario (3,2%), según datos recogidos por la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer (IARC).
Factores de riesgo
El presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica, César Rodríguez, apuntaba a EL ESPAÑOL que «estamos asistiendo de manera muy sutil, muy tenue, a un adelanto en la edad del diagnóstico, en torno a un 1% anual de diagnósticos a edades tempranas».
La cada vez mayor presencia de factores de riesgo evitables como el tabaquismo, el alcohol o la obesidad influye (sobre todo en los cánceres gastroinestinales), si bien son otros los que hay que tener en cuenta para terminar de explicar este aumento de la incidencia en las mujeres en los últimos años.
Por ejemplo, el estilo de vida occidental influye en el cáncer de mama: tener pocos hijos y tenerlos a edades tardías o la no prolongación de la lactancia materna predisponen a un mayor riesgo de desarrollarlos.
Aunque desde Kensington no han dado más detalles sobre el tipo de cáncer que ha sido diagnosticado a Kate Middleton, no sería este, el más habitual en mujeres de su edad. Además, la princesa de Gales ha sido madre en tres ocasiones, la primera de ellas con 31 años.
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A pesar del aumento del número de tumores constatado en las últimas décadas en la población menor de 50 años, el mencionado estudio de BMJ Oncology daba una nota de esperanza: la mortalidad no ha crecido al mismo ritmo.
Mientras en 1990 se registraron 830.000 defunciones, en 2019 fueron 1,06 millones. El incremento, del 27,7%, es casi tres veces menor que el experimentado en la incidencia.
Los avances en la detección precoz y en los cribados poblacionales (principalmente, las mamografías para el cáncer de mama, la prueba de sangre en heces para el colorrectal y la citología en el cáncer de cuello uterino) han permitido identificar los tumores en estadios más tempranos, lo que permite abordajes más eficaces, como la cirugía o la quimioterapia preventiva.
«En este momento, también pienso en todos aquellos cuyas vidas se han visto afectadas por el cáncer«, ha finalizado Middleton su mensaje. «Para todos aquellos que enfrentan esta enfermedad, en cualquier forma, por favor no perdáis la fe ni la esperanza. No estáis solos».