Era como quedarse sin sal a la hora de crear el mejor plato. No podía ser que la subida mágica, increíble, asfixiante de la Volta, la presentación en sociedad de la cumbre de Pradell, se realizase a ciegas, sin imágenes de televisión, sólo para que la recordaran Tadej Pogacar y los que consigan seguirlo… aunque sea en la distancia. Los telespectadores podrán ver el ascenso a una montaña que quiere convertirse en una leyenda del ciclismo.