Los clásicos siempre vuelven. Juan Carlos Girauta (1961, Barcelona), también. Lo hará para saltar de nuevo a la palestra política. Inactivo desde la legislatura pasada, desde hace casi cinco años, pero sin retirarse del foco mediático y del debate público, el exdiputado y exportavoz de Ciudadanos es repescado por la que será ahora su cuarta formación política. Aunque irá como independiente. En la década de los ochenta perteneció al PSC; diez años, entre los mandatos de Rodríguez Zapatero, el final del de Aznar y el comienzo del de Rajoy, se suscribió al PP; tras ello dio el salto a Ciudadanos con su eclosión nacional, para ahora hacerlo con Vox como número ‘tres’ en las listas para las elecciones al Parlamento Europeo. Tras los actuales eurodiputados Jorge Buxadé y Hermann Tertsch.
La operación ha sido «muy reciente», comentan fuentes muy cercanas al abogado barcelonés y al tanto de los pormenores de lo anunciado este jueves. No obstante, por respeto a él, declinan profundizar más en cómo se ha gestado su fichaje. Sólo dejan constancia de que las conversaciones se han mantenido entre Santiago Abascal y Girauta. No ha intervenido nadie más. La oferta la ha hecho el líder ultraconservador.
El propio Girauta ha eludido dar detalles ante la consulta de El Independiente, por respeto a Abascal, Vox y hasta que el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) ratifique esta sugerencia del de Amurrio el próximo domingo en Vitoria (Álava). Allí la dirección celebra un cónclave extraordinario y presenta las candidaturas vascas y a Amaia Martínez de nuevo. Y está por ver si se confirma a Ignacio Garriga como candidato catalán. Girauta sí ha detallado a este medio que no estará y que su presencia junto a Vox será en la campaña electoral. Él no está en los entresijos del partido, en su vida interna. Pero el apoyo en Cataluña lo da por descontado, aunque no será presencial.
Preguntadas por si esa propuesta ha coincidido en el tiempo con el anuncio de Génova de intentar aunar entre sus siglas a miembros de Ciudadanos para las europeas y las catalanas, dichas fuentes evitan hacer una valoración. No creen, en todo caso, que sea una respuesta al movimiento del PP la semana pasada, porque eso «suena muy instrumental». Y según apuntan, «la relación entre Santi y Juan Carlos» es «muy natural» y «viene de muy atrás«. De antes de sus respectivas militancias verde y naranja, incluso. «Son amigos. También lo son Buxadé y Tertsch«. «Coinciden con su visión de la realidad nacional y de occidente en general. Es absoluta», destacan. No se excluye ni la cuestión migratoria, ni las reticencias con la Agenda 2030 o la situación del sector primario cuando se menciona.
Girauta ha protagonizado acercamientos a Vox a través de Disenso, el ISSEP o su asociación ‘Pie en Pared’ en los últimos años»
Desde el entorno más próximo a Girauta, que ya ejerció de eurodiputado en el pasado con Ciudadanos, comentan que la sugerencia del líder de Vox se produce tras mantener contactos regulares en los últimos meses. Durante este tiempo «han constatado una afinidad«. Sobre todo, en lo que respecta al plano de la batalla cultural y del combate a lo woke; «un giro que ha hecho Milei» en Argentina. «Eso es lo que ha llevado a Abascal a abrirle las puertas de su casa«, entienden tras acercamientos con Disenso o con la asociación ‘Pie en Pared’ que dirige junto a Marcos de Quinto. Además de ello, hay otro aspecto en cuanto al posicionamiento que ha resultado clave, según explican las fuentes mencionadas, para que Girauta decida dar el salto de nuevo a la política: la amnistía, ya aprobada en el Congreso y por la que el Senado irá a un «conflicto institucional».
En Bruselas se acreditó la buena sintonía
Valoran que Girauta se ha mostrado a disposición de dar el paso a Vox como «acto de responsabilidad«. Y aseguran que, por conversaciones mantenidas con el abogado, éste cree que Vox es «quien mejor a enfocado el asunto». Dicen que Girauta advierte que el PP «dulcifica» la situación y mantiene una reiterada incoherencia por cuestionar a Pedro Sánchez y al PSOE, y luego sentarse a negociar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) con Félix Bolaños o las comisiones parlamentarias en el Congreso y el Senado. «Juan Carlos respalda que no hay que normalizar a un Gobierno que está dando un autogolpe de Estado; que ha invadido la separación de poderes, y cree que solo Vox ha sido claro en este sentido», sostienen estas fuentes consultadas.
Además, inciden en que el exdiputado ve al PP ya posicionado en la socialdemocracia con un PSOE integrado en «la extrema izquierda». Y a Girauta le gusta una opción «liberal-conservadora como es Vox a día de hoy». Hay un evento de «hace dos meses» que puede haber sido clave para que Abascal descuelgue el teléfono y proponga un puesto que, según las encuestas, da representación asegurada al catalán -Vox duplicaría escaños, de cuatro a seis o siete-. Ese es una cena en Bruselas junto a Buxadé y Hermann Tertsch a la que también habría acudido la eurodiputada Margarita de la Pisa. A ella, Girauta habría ido acompañado de Rosa Díez, la exlíder de UPyD.
El motivo: una derivada de la defensa de una denuncia solicitada ante la Comisión de Peticiones para que el Parlamento Europeo se pronuncie contra la ley de amnistía. Se hizo en enero. Si bien ambos también se citaron con gente de las delegaciones del PP y Ciudadanos [se alude a Dolors Montserrat y Soraya Rodríguez], se destaca que Girauta acreditó junto a los dos representantes de Vox una buena sintonía diferenciada a las sobremesas. La cuál ha confluido con la conexión con Abascal. En Bruselas no se planteó nada de participar en la candidatura, se remarca, con todo.
Crecimiento de la derecha populista
Las perspectivas entre sectores de PP y Vox son claras de cara a las europeas. El actual sistema de poder, con una socialdemocracia cada vez más acorralada -se libra en el norte de Europa-, puede cambiar. Fuentes cercanas a Vox en Europa aseguran que los de Abascal ven casi dilucidado que el escenario de pactos entre PPE, S&D y liberales de Renew Europe puede cambiar y priorizarse un equilibrio entre populares y «otros nuevos conservadores». Un acercamiento, al menos a los Conservadores y Reformistas Europeos de Giorgia Meloni.
Aunque hay quien augura en que Identidad y Democracia y ECR pueden llegar a superar sus diferencias, acrecentadas por la guerra en Ucrania [los primeros integran partidos prorrusos y los segundos a formaciones muy contrarias], y sumar fuerzas para hacer un ‘supergrupo’. Hay diversidad de estimaciones en el seno popular, que preferiría mantener el rango de pactos actuales. En el caso de Girauta, su entorno asegura que comparte visión con Vox respecto al «desnorte de Europa» con la dependencia energética, la batalla cultural, Oriente Medio o la desindustrialización.
Todas las claves de la actualidad y últimas horas, en el canal de WhatsApp de El Independiente. Únete aquí