Draymond Green ha vuelto a hacer de las suyas y el último en poner su nombre en la larga víctimas del jugador de los Golden State Warriors es Santi Aldama. Durante el partido entre los Golden State Warriors y los Memphis Grizzlies, el español brilló con 27 puntos y se quedó a uno solo de igualar su mejor anotación en la NBA, teniendo que aguantar al siempre intenso y dispuesto a todo alero de los Warriors.

Aldama logró 27 puntos (9/18 en tiros de campo, 6/12 en triples), 9 rebotes, 4 asistencias, 2 robos y un tapón. El canario se quedó a un solo punto de los 28 tantos que consiguió en noviembre contra los Boston Celtics, su mejor marca en la NBA, pero ninguna de estas estadísticas serña tan recordada como su enganchón con Draymond.

Con 6:52 para el descanso, el español capturó un rebote ofensivo y metió una canasta delante del pívot de los Warriors.

Ambos jugadores chocaron con la jugada yendo ya hacia la otra canasta, pero Green le puso justo después las manos al español en el pecho y le agarró de la camiseta mientras negaba con la cabeza.

El rifirrafe no fue a mayores con el partido en juego, pero una vez se pidió tiempo muerto, Tanto Aldama como Taylor Jenkins, entrenador de Memphis, mostraron su enfado ante los árbitros.

Durante ese tiempo muerto, Green y Desmond Bane también se encararon y después de algunos empujones con más jugadores alrededor Jenkins acabó en el suelo y cojeando después.

Los árbitros revisaron el vídeo de todo lo sucedido y pitaron una técnica a Green y otra a Bane. El partido continuó a continuación y acabó con triunfo de Golden State por 137-116.

Contando solo esta temporada, Draymond ha protagonizado ya un amplísimo historial de peleas o intentos de ellas. En noviembre agarró por el cuello con una llave a Rudy Gobert en una tangana en el duelo contra los Minnesota Timberwolves, una expulsión por la que recibió además una sanción de cinco partidos por parte de la NBA. Peor fue lo de diciembre, cuando le pegó un manotazo a Jusuf Nurkic por el que se perdió 16 partidos. 


La terapia no ha servido de mucho a Draymond Green

Godofredo A. Vásquez / AP/LaPresse

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