Favara se ha convertido en una población ingobernable. Durante los primeros diez meses de la legislatura Compromís ha gestionado el ayuntamiento en minoría con un grupo de cuatro concejales frente a una oposición formada por los cuatro ediles del Partido Popular y los tres representantes del PSOE, una situación muy compleja que se arrastraba del mandato anterior ante la incapacidad de alcanzar un pacto entre las fuerzas progresistas. La histórica enemistad entre los dirigentes nacionalistas y socialistas ha impedido sacar rédito hasta ahora de la mayoría absoluta que ostenta la izquierda.
En los últimos meses, sin embargo, se estaba intentando cambiar esa dinámica de enfrentamiento. Compromís y el PSPV trataban de poner fin a sus diferencias para estabilizar la legislatura. El actual alcalde, José Francsco Vicedo, había negociando un pacto que pusiera fin a la lucha fratricida entre las fuerzas progresistas para dar tranquilidad al equipo de gobierno. Los principales problemas surgieron al decidir la alcaldía, las delegaciones, el número de concejales liberados y los salarios que debían percibirse.
Intercambio de la alcaldía
Pero al final se alcanzó el consenso. El pacto entre Compromís y el PSPV establecía que el alcalde estaría liberado y que los nacionalistas ostentarían dos años la presidencia del consistorio y el socialista Rafa Aragó asumiría la alcaldía los dos últimos.
A finales de la semana pasada, cuando ya estaba a punto de cerrarse el acuerdo entre ambas formaciones políticas, dos de los concejales de Compromís, Juanba Julián y Belén Ribes, que figuraban en el tercer y cuarto puesto de la candidatura nacionalista, decidieron oponerse al pacto. En esta tesitura, Compromís reunió a la asamblea local y tras fracasar en su intento de convencer a los dos concejales díscolos de la necesidad de suscribir ese acuerdo político, el colectivo local decidió expulsarles.
Y no van a ser las únicas víctimas del proceso. La imposibilidad de alcanzar un pacto de estabilidad ha llevado al alcalde a tomado la decisión de presentar la dimisión en el pleno convocado para el próximo lunes. Su renuncia lleva aparejada la entrega de su acta de concejal. Es decir, que abandona el ayuntamiento.
La renuncia del alcalde genera una situación de desconcierto e inestabilidad en el ayuntamiento que beneficia al Partido Popular, que ya sueña con recuperar la alcaldía. Si Vicedo presenta finalmente su dimisión como alcalde y edil, automáticamente se activaría el mecanismo de sustitución para que tomara posesión el siguiente candidato de la lista electoral de Compromís y se tendría que convocar un pleno para la elección del nuevo alcalde para el cual se necesitaría mayoría absoluta.
La simple abstención de los dos concejales expulsados sería suficiente para que no prosperara la candidatura presentada por el pacto de izquierdas, una situación que abriría la puerta a que el PP retomara la alcaldía, ya que en este caso sería la candidata de la lista más votada la que asumiría la vara de mando: la cabeza de lista de los populares en las pasadas elecciones, María Pilar Sala.
Reunión de portavoces
A última hora de la tarde de ayer se reunió la Junta de Portavoces del consistorio. El propio alcalde informó a los líderes de todos los partidos de su decisión de abandonar la alcaldía y dejar su escaño. Vicedo lamenta que «la situación se haya desbordado por todas partes y al final quien va a salir perjudicado es el pueblo de Favara». Vicedo asegura «no sentirse con fuerzas para poder realizar todos los servicios que necesitan los ciudadanos».
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