La llegada de la primavera supone un auténtico suplicio para ocho millones de personas en España. Es el número de alérgicos al polen que hay en nuestro país (si se añaden otros alérgenos, la cifra se duplica). Para su desgracia, los expertos prevén que la primavera de este año será peor que la del 2023. Se trata, en realidad, de una tendencia que se ha observado en los últimos años: las alergias no sólo aparecen antes, sino que cada vez son más severas.
En comparación con el año pasado, el comienzo de 2024 ha venido acompañado de una gran cantidad de lluvias en algunos puntos. Estas precipitaciones han supuesto un ligero alivio para el agua embalsada en España. En cambio, para los alérgicos no deja de ser una mala noticia, pues el polen se mantendrá más tiempo en el ambiente, lo que puede provocar que los síntomas sean más persistentes.
«Al haber más agua, hay más polen y el paciente puede ponerse peor«, subraya Juan José Zapata, presidente del Comité de Aeorobiología Clínica de la Sociedad Española de Alergología o Inmunología Clínica (SEAIC). En 2023, de hecho, la primavera se presentaba como moderada en cuanto al polen de las gramíneas; aunque finalmente fue «moderada-baja» por la escasez de agua. Este año se prevé que los alérgicos se enfrenten a una primavera moderada-intensa.
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Las altas temperaturas que se han registrado desde el inicio de año también agravarán la complicada primavera que se espera para quienes tienen alergia. Como señala Zapata, el invierno lo estamos relegando a un rincocito y pasamos de verano a verano: «Con estas condiciones, las plantas no abortan su crecimiento; y al haber más vegetación, pues también hay más polen«, indica a EL ESPAÑOL.
Las zonas más afectadas
Al igual que sucede con ciertas enfermedades respiratorias, la alergia primaveral no afecta del mismo modo a todo el mundo. Como ejemplifica Zapata, un alérgico en Extremadura se desestabiliza con una mayor concentración de gramíneas que uno en Canarias porque su índice de tolerancia al polen es mucho más alto.
Además, hay puntos con una polinización alta de gramíneas, como es el caso del centro peninsular y algunas provincias de Andalucía. Para esta primavera no parece que vaya a haber excepciones en este sentido. Madrid, Toledo, Ciudad Real, Badajoz, Cáceres, Sevilla y Jaén tendrán los índices de polen más elevados, con concentraciones que alcancen los 7.000 granos de polen por metro cúbico. «La polinización en estas zonas será mucho más fuerte que en 2023, y similar a la que se registraba hace unos años».
En las zonas donde las alergias sean más intensas también aumentarán las enfermedades respiratorias. «Si hay tormentas y mucho viento en estos lugares, es probable que se produzca una epidemia de asma, con un número importante de pacientes que precisen acudir a urgencias«, apunta en esta ocasión Ignacio Dávila, presidente de la SEAIC.
En el otro extremo, nos encontramos con Almería, Cádiz, Málaga, Baleares, islas Canarias, Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y el norte Peninsular, donde no superarán los 2.000 granos por metro cúbico. Zapata destaca las consecuencias que genera los diferentes índices de polen que se dan en España: «Si un alérgico a las gramíneas de Galicia acude a Sevilla en pleno mayo, se pondría muy malo».
No obstante, los alergólogos advierten que aunque existan zonas con menores índices de polen, los alérgicos no deben descuidarse. Así, alguien que esté en una zona de polinización leve de gramíneas tendrá que prestarle atención a la concentración de polen. En la web de la SEAIC es posible conocer el nivel de concentración de los pólenes en las provincias españolas.
Unos síntomas más persistentes
Las temperaturas anómalas que se han registrado en lo que llevamos de año no sólo han adelantado los picos de polinización, sino que también han provocado que los síntomas sean más persistentes. «Ahora nos encontramos con pacientes muy complejos de tratar«, señala Zapata.
Este alergólogo no sólo hace referencia a la alergia a la gramínea: «Si también tiene alergia al ciprés, que este año se ha adelantado, y a la salsola, pues nos encontramos con escenarios en los que el paciente tiene alergias durante un periodo muy largo«.
La combinación de alergias, conocida como polialergia, es cada vez más frecuente en consulta: «Antes la mayoría eran monosensibles al polen, pero en los últimos años hay un fenómeno de polialergia donde es habitual ver personas que van encadenando alérgenos de épocas diferentes». Así, si antes les afectaba de dos a tres meses, ahora no es extraño que puedan estar nueve meses con síntomas.
Éste no es el único cambio que se ha producido en cuanto al perfil del alérgico en España. Y es que cada vez se detecta a edades más tardías. «Estamos teniendo ya pacientes por encima de los 65 años y en una cantidad considerable», apunta Zapata. Hace poco le hizo una prueba a un paciente octogenario al que le habían identificado alergia a los ácaros por primera vez.
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La principal causa de que haya aumentando el número de alérgicos en España es el cambio climático, pues provoca que las polarizaciones sean más prolongadas y más intensas: «No es que haya cambiado la genética de los individuos, es que el ambiente es muy proalergénico«. La contaminación también es un factor determinante en las enfermedades alérgicas. Como advierten los alergólogos, las partículas de contaminación pueden provocar incluso síntomas en personas no alérgicas.
Para evitar que las alergias afecten al 50% de la población, como estiman desde la SEAIC, es necesario ser más intervencionistas en las primeras etapas de la vida. Al hacer un abordaje de las enfermedades alérgicas lo antes posible, los alergólogos entienden que se evitarían casos graves.
También demandan una mayor presencia de esta especialidad en el ámbito sanitario. «Si se desconoce un problema, es difícil de identificarlo», indica Dávila. No obstante, la incidencia de esta problemática va más allá de la clínica: «Hoy en día, la alergia se ha convertido en un ‘tema de ascensor’. Y esto nos tiene que hacer pensar que si cada vez es más recurrente entre nuestras conversaciones es porque algo está pasando», remacha Zapata.