El mercado de las cápsulas de café monodosis no para de crecer, no sólo en España, sino en todo el mundo. Inventadas por el Grupo Nestlé en los años 80 del siglo pasado para sus cafeteras Nespresso y adoptadas por la mayoría de sus competidores, en los últimos años han vivido un crecimiento exponencial con la llegada de nuevas variantes y máquinas de café cada vez más sofisticadas. Pero eso también tiene sus consecuencias, no siempre positivas: se estima que, cada año, acaban en los vertederos medio millón de toneladas de estas cápsulas, sin que se hayan encontrado hasta el momento alternativas comercialmente viables que sean biodegradables.

Keurig, uno de los principales fabricantes tanto de cafeteras Nespresso como de cápsulas, en su caso conocidas como K-Cups, pretende revolucionar el sector con las K-Rounds, una alternativa compostable libre de plásticos y de aluminio, los materiales con los que suelen fabricarse los recipientes monodosis. Esta nueva solución, que cuenta con un recubrimiento de celulosa y alginato, se estrenará con la nueva máquina Keurig Alta, cuyo lanzamiento está previsto para 2025.

Las novedosas K-Rounds son pastillas de café prensado que, además de eliminar la cápsula usando materiales naturales, sólo dejan como residuo pequeños discos que pueden desecharse en la basura orgánica o usarse para compostaje. Su adopción masiva permitiría solucionar el grave problema medioambiental que plantean las cápsulas, cuyo reciclaje es muy costoso y sólo se lleva a cabo en un porcentaje muy limitado. 

Sin cápsulas

Antes de la presentación de las K-Rounds, otras alternativas biodegradables a las cápsulas habían llamado la atención. La marca Halo comercializa unas compuestas de caña de azúcar y pulpa de papel, que tras su uso pueden ser servir como compost en cuatro semanas y también sirven como fertilizante para plantar nuevas semillas.

Sin embargo, la más popular ha demostrado ser Coffee B, de la empresa Delica, filial del grupo suizo Migros. En 2022 empezaron a distribuir estas esferas compactas de café, con el tamaño de un bombón y recubiertas de una fina capa transparente compuesta por celulosa y alginato, una sustancia procedente de algas marinas.


K-Rounds, los discos de café comprimido de Keurig

La mezcla y el tipo de tostado se graban en esa cubierta rígida que la protege, sin que el compuesto aporte ningún sabor ni afecte al resultado final del café. Siempre que se mantengan secas y a temperatura ambiente, (dentro del compartimento de la cafetera, por ejemplo) las bolas de CoffeeB tienen una fecha de caducidad de tres meses tras abrir el paquete.

Aunque Keurig ha patentado la tecnología responsable de las K-Rounds, su origen es una colaboración con Delica y parece basarse en una composición similar para acortar los plazos de su salida al mercado. «En este momento llevamos entre cuatro y cinco años trabajando en este proceso. Colaborar con Delica realmente nos permitió centrarnos en adaptar la tecnología para el consumidor estadounidense, acelerar e impulsar el desarrollo», ha declarado en Wired Phil Drapeau, vicepresidente senior de Future Coffee Systems en Keurig.


Las K-Rounds servirán para preparar diversos tipos de café

Keurig

Omicrono

La inspiración para la forma de pastilla proviene de cómo los baristas compactan el café antes de cargarlo en las máquinas de café, aunque en este caso sus dimensiones son muy reducidas. Sus tamaños varían dependiendo del tipo de preparación, y de momento sólo hay cuatro previstos: espresso de un solo trago, espresso de dos tragos, tamaño normal para taza de café y uno más grande para el cold brew o café helado.

Keurig Alta

En principio, los K-Rounds sólo serán compatibles con la nueva cafetera de la marca, Keurig Alta, en la que también se podrán usar las antiguas K-Cups de usar y tirar. La propia máquina se encargará de indentficar la pastilla para ajustar de forma automática la temperatura, la cantidad de agua y el tiempo de preparación.

[Despídete de la Nespresso: esta cafetera modular está diseñada para ahorrar dinero y ser más duradera]

El funcionamiento no difiere mucho del de las cafeteras de cápsulas habituales: hay que colocar la pastilla, cerrar la tapa y presionar el botón correspondiente. La diferencia es que, al entrar en el compartimento específico, la pastilla primero se humedece con agua para reblandecer tanto la capa exterior como el relleno. Posteriormente, una prensa es la encargada de apretar la pastilla, mientras una serie de pinchos la perforan para inyectar agua caliente y extraer a presión el café de dentro.

En cuanto a su composición, las K-Rounds son café tostado y molido que ha sido comprimido en forma de pastilla, aunque algunas variedades también contienen sorbitol, un edulcorante usado habitualmente en la industria alimentaria que no fermenta. Una vez usado, el disco aplastado resultante puede tirarse a la basura orgánica o depositarse en una compostadora.

La nueva Keurig Alta


La nueva Keurig Alta

Keurig

Omicrono

Según Keurig, estas nuevas monodosis pueden durar hasta seis meses guardadas en su envase, que se reduce a 30 días una vez abierto. Aún no hay fecha oficial para la lanzamiento comercial de la cafetera y las K-Rounds, pero se espera que su se produzca en 2025, tras estudiar el feedback de los consumidores. Para ello, Keurig empezará una prueba beta este otoño, a la que puedes apuntarte desde su página web.

Este empeño de Keurig por lanzar al mercado una alternativa ecológica a las cápsulas tiene lugar después de varios escándalos que han afectado a la marca. Uno es el del propio inventor de las cápsulas y cofundador de la compañía, John Sylvan. «No importa lo que digan sobre el reciclaje, esas cosas nunca serán reciclables», aseguró en 2015 al prestigioso semanario The Atlantic.

Años después, en 2022, la agencia canadiense de la competencia multó a la compañía suiza por un importe de 2 millones de euros (además de la donación de 800.000 euros a una ONG), por las afirmaciones «falsas o engañosas» sobre el reciclaje presentes en la publicidad y el empaquetado de sus cápsulas de plástico de café y té.