Un joven de 22 años salió de fiesta con unos amigos el pasado día 9. De madrugada se vio envuelto en un incidente con un grupo de individuos en una discoteca de s’Arenal de Palma, que le esperaron en el exterior y le pegaron una paliza. Le propinaron patadas en la cabeza cuando estaba tendido en el suelo y le dejaron inconsciente. Así lo encontró una patrulla de la Policía Local, que le tomó por un borracho. Los agentes localizaron a sus amigos y les aconsejaron que le llevaran al hospital. En Urgencias de Son Espases creyeron también que su estado de confusión se debía a que estaba ebrio o drogado. Le atendieron por el sangrado que presentaba en el oído y le dieron el alta. Al día siguiente vomitó sangre y su madre le llevó de nuevo al hospital. Cuando le hicieron nuevas pruebas descubrieron que tenía fracturas en el cráneo, hemorragias cerebrales y un coágulo en la yugular. Fue directo a la UCI, donde permaneció varios días. Durante la semana siguiente evolucionó bien y el pasado fin de semana recibió de nuevo el alta.
La madre del joven, se muestra doblemente indignada. Por la brutal agresión de que fue objeto su hijo a manos de un grupo de desconocidos y por la escasa atención que recibió esa madrugada, la primera vez que acudió a Son Espases.
Patadas en la cabeza
Los hechos, según ha denunciado ante la Policía Nacional, ocurrieron sobre las cinco y media de la madrugada del pasado día 9, en una discoteca de la calle Pare Bartomeu Salvà, en s’Arenal de Palma. El joven, que estaba de fiesta con varios amigos de su pueblo, se vio implicado en una discusión con otro grupo. Intercambiaron empujones y acabaron expulsados del local.
Una vez en el exterior, el joven se vio separado de sus amigos. Trató de escapar, pero el otro grupo le persiguió y le dio una brutal paliza. Le arrojaron al suelo y le propinaron fuertes patadas en la cabeza. Sus amigos no sabían dónde estaba, por lo que le llamaron al móvil. Finalmente quien cogió el teléfono fue una patrulla de la Policía Local, que le encontró tirado en el suelo. Cuando los amigos llegan al lugar le ven de pie, consciente pero desorientado. No acertaba a explicar lo que le había ocurrido, no se acordaba de nada. Sangraba por un oído.
Los agentes pensaron que estaba ebrio y se había caído, y recomendaron a los amigos que avisaran a una ambulancia para que le examinaran en un hospital. Fueron sus propios amigos quienes le llevaron a urgencias de Son Espases. Allí, en la zona de triaje, consideraron que estaba ebrio o drogado. Le atendieron por el sangrado en el oído y le enviaron a casa, pese a que sus amigos insistían en que le pasaba algo más. Finalmente los chicos le llevaron a su casa. Le tuvieron que ayudar a entrar, ya que apenas se tenía en pie. El joven se quedó dormido.
Fracturas en el cráneo
«Al día siguiente, cuando se levantó, sobre la una y media del mediodía, empezó a vomitar mucha sangre», cuenta su madre. «Llamé de inmediato a una ambulancia, pero tardaron mucho, unos cuarenta minutos, en llegar (el joven vive en un municipio de la Part Forana)». De nuevo le trasladaron a Son Espases, y entonces por fin le realizaron una serie de pruebas. El parte médico que le hicieron recoge «múltiples contusiones cerebrales hemorrágicas, hematoma subdural, fractura occipital, fractura del peñasco izquierdo y trombosis de la yugular izquierda». Fue conducido directamente a la UCI, donde permaneció varios días. Los neurocirujanos se plantearon la posibilidad de intervenirle, según explica la madre, pero finalmente reaccionó bien a la medicación que le administraron. Pasó a planta y el pasado sábado, una semana después de la agresión, recibió de nuevo el alta y pudo volver a casa, donde se recupera de las graves lesiones.
La madre del joven, que prefiere no identificarse, presentó una denuncia ante la Policía al día siguiente de los hechos. La mujer se muestra muy indignada, tanto por la brutal agresión que sufrió su hijo como con la escasa atención que recibió esa madrugada, cuando sus amigos le llevaron al hospital de Son Espases.
«Parece ser que alguno de los amigos de mi hijo conocía a los agresores, y que no es la primera vez que protagonizan una agresión de estas características», comenta. «Mi hijo está estudiando y no es conflictivo, no puedo entender por qué le agredieron de una manera tan brutal entre cinco o seis».
Pero la mujer se muestra muy crítica también por lo que ocurrió después de la agresión. «Tanto los policías que le vieron en un primer momento como los médicos en urgencias consideraron que estaba borracho o drogado, y no miraron nada más. Él estaba aturdido y desorientado, no pudo explicar lo que le había ocurrido, pero sus amigos insistían en que el estado en el que se encontraba no era normal».
La mujer se decidió a hacer públicos estos hechos, «ya que cualquier ayuda, testigos o información nos pueden ayudar a identificar a esta banda» afirma. «Al mismo tiempo, no puede ser que la Policía Local encuentre a mi hijo y no haga nada, ni levante un acta informando del estado en el que encontraron a mi hijo, solo, sangrando, confuso y desorientado». La mujer extiende sus críticas al servicio de urgencias del hospital de Son Espases donde atendieron en primera instancia a su hijo, y ha presentado ya una queja en el Colegio de Médicos.
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