Antonio Caba está en prisión, acusado de matar a dos empresarios de Manzanares (Ciudad Real) para quedarse con su dinero y varias propiedades: Jesús María González Borrajo, desaparecido el 19 de junio de 2019, y Juan Miguel Isla, cuyo rastro se perdió el 22 de julio de 2022. Los cuerpos de los dos hombres fueron hallados el año pasado por la Guardia Civil en dos pozos distintos.
Tras la publicación de las investigaciones en CASO ABIERTO, el sospechoso hizo búsquedas frenéticas en Google, especialmente de ‘El programa de Ana Rosa’, del que guardó en su móvil una captura con la imagen de la presentadora y los dos desaparecidos que él había matado
En los cuatro años que pasaron desde su primer crimen hasta que fue detenido, en marzo de 2023, Caba siguió viviendo en su pueblo con normalidad, pero hizo cientos de búsquedas en Google que reflejan su «obsesión» por conocer los avances de la investigación y la posibilidad de que lo descubrieran, además de consultar distintas formas de matar. Así se desprende de un nuevo informe de 789 páginas aportado por la Unidad Central Operativa (UCO) y la Guardia Civil de Ciudad Real al juzgado de instrucción 2 de Manzanares, al que ha accedido en primicia CASO ABIERTO.
CASO ABIERTO fue el primer medio de comunicación que reveló que un solo asesino estaba tras los dos crímenes. Gracias a la publicación de ese reportaje y la repercusión que tuvo en otros medios, como El Programa de Ana Rosa, en Telecinco, el presunto asesino se puso nervioso y realizó búsquedas frenéticas sobre el caso y los avances de la investigación, que confirmaron las sospechas de los investigadores, según se refleja en el análisis de su teléfono móvil.
El rastro de Jesús González y Juan Miguel Isla se perdió en Manzanares (Ciudad Real), en 2019 y 2022, después de citarse con el mismo hombre. / CASO ABIERTO
«Desaparecido, últimas noticias»
El mismo día que este medio destapó el caso, Antonio Caba buscó en internet: «Juan Miguel Isla desaparecido«, «hombre desaparecido en Manzanares Ciudad Real», «la novia del desaparecido de Manzanares», «conseguidor de Manzanares», entre otras muchas búsquedas que se repitieron los días siguientes. La Guardia Civil ha encontrado en el teléfono del presunto asesino varios enlaces a la noticia publicada por CASO ABIERTO en las páginas web de diarios de Prensa Ibérica.
También destaca el interés de Caba por el seguimiento que se hizo del caso en El Programa de Ana Rosa: buscó información en google escribiendo «Ana Rosa últimas noticias desaparecido en Manzanares» y «Telecinco desaparecido en Manzanares Ciudad Real». El informe entregado al juez incluye hasta la captura de pantalla con la imagen de la presentadora y los dos desaparecidos que Caba guardaba en su móvil, correspondiente al programa del 2 de febrero de 2023.
A medida que iba conociendo a través de la prensa cómo la Guardia Civil estrechaba el cerco sobre él, las búsquedas del acusado en Google cambiaron y giraron hacia «formas o técnicas de ocultación de registros telefónicos», tales como: «para que un móvil no sea localizado se envuelve en aluminio«, «si el telefono está apagado sigue cogiendo mensajes», «modo avión móvil», «qué aplicación hay para saber dónde estuve días atrás».
«Disparo en el cuello» y «luminol»
Caba también buscó en google información sobre cómo borrar pruebas de la escena de un crimen: así, tecleó «luminol y lejia», «un cuerpo en el agua se descompone» y «disparo en el cuello». Esta última consulta es relevante para los investigadores ya que la autopsia practicada al empresario Juan Miguel Isla no ha permitido averiguar la causa concreta de su muerte.
La Guardia Civil también ha logrado rastrear las búsquedas que Antonio Caba hizo con su móvil despúes de acabar, presuntamente, con la vida del otro empresario, Jesús González Borrajo en 2019. Todo ello, a pesar de que este «borró información de su móvil» antes de ser arrestado, según las pesquisas.
Arsénico, cianuro y adelfas
Entre el primer y el segundo crimen, Caba «realiza múltiples búsquedas sobre «formas de envenenar» a una persona. El informe de la Guardia Civil concluye que el hombre hizo «numerosas búsquedas» relacionadas con tres venenos concretos. Por un lado, acerca de una planta denominada adelfa. Concretamente, consulta: «adelfas son venenosas», «envenenamiento por adelfas dosis», «si cueces la hoja de la adelfa el agua es venenosa», «viveros comprar una adelfa», y «cuanta cantidad de adelfa es mortal».
Entre el primer y el segundo crimen, Caba buscó en internet información sobre tres venenos: cianuro, arsénico y adelfas
Caba también se interesó por el cianuro y quiso saber: «como hacer cianuro», si «el matarratas lleva cianuro» y «qué pasa si ingieres matarratas».
El tercero de los venenos sobre el que se interesó el acusado de los dos asesinatos es el arsénico. Caba escribió en Google: «muerte por tomar arsénico sintomas», «arsénico deja rastro en la sangre» y «el arsénico le provocó un infarto».
El acusado también consultó, casi siempre de madrugada, el significado de «soñar con muertos», «soñar con matar», «soñar con sangre» y «soñar con cárcel»
El móvil del presunto asesino muestra que tras su primer crimen, estuvo muy inquieto, sobre todo los primeros meses. La Guardia Civil ha averiguado que entre 2019 y 2021, entre la muerte del primer y el segundo empresario, Caba llevó a cabo muchas búsquedas, casi siempre de madrugada, que denotan su nerviosismo y la existencia de «remordimientos». Asi, consultó en internet el significado de «soñar con muertos», «soñar con matar», «soñar con sangre», y «soñar con cárcel».
El pozo del niño Julen
De todas las consultas de Caba, una de ellas llama poderosamente la atención de los investigadores y demostraría la conciencia forense del presunto asesino: visitó varias páginas para conocer cómo pudo ser recuperado el cadáver de Julen Roselló después de que el niño, de dos años, cayera a un pozo en Totalán (Málaga) en 2019.
La Guardia Civil señala en su informe que «dicha consulta resulta relevante en cuanto al lugar donde fue hallado el cuerpo sin vida de Julen, quien cayó al interior de un estrecho pozo de sondeo de gran profundidad y bajo un tapón que dificultó enormemente las labores de recuperación de su cuerpo. Un hecho que se produjo en el año 2019, precisamente el mismo año en que desapareció Jesús María González y cuyos restos fueron arrojados a un estrecho pozo de sondeo de gran profundidad».
:format(webp)/viapais.com.ar/resizer/nq2WWU0XU6TLFofnJ4ItOgLCkFs=/arc-anglerfish-arc2-prod-grupoclarin/public/AW2BYQWOU5FITP6ZBWDAK3BHZQ.png "Cómo es la estafa que le hizo perder $40 millones al Festival de Jesús María")
