«Lo que no se nombra, no existe». Con esta frase ha arrancado la diputada socialista Susana Ros su defensa de la reforma del reglamento del Congreso para introducir el lenguaje inclusivo, para que allí donde solo se habla de diputados y del presidente de la Cámara se empiece a mencionar a las diputadas o se use la palabra «presidencia». La iniciativa, impulsada por el PSOE y Sumar, y que cuenta con el apoyo de sus socios habituales, ha vuelto a chocar con el PP y Vox. Ambas formaciones han ninguneado la propuesta, asegurando que nada se avanza con ella.
Siguiendo con el Plan de Igualdad de las Cortes Generales, aprobado hace ya unos años, PSOE y Sumar han planteado la modificación de la gran mayoría de artículos del reglamento del Congreso para eliminar el masculino genérico, combinando el desdoble -‘diputados y diputadas‘– con el uso de palabras como ‘miembros‘ de la Cámara o emplear la palabra ‘presidencia‘ en lugar del actual ‘el presidente’.
«El uso del masculino genérico nos coloca a las mujeres en una posición de insignificancia», ha defendido Ros desde la tribuna del Congreso. Además, ha sostenido que se trata de «un cambio puramente formal y no de contenido». La diputada de Sumar y vicepresidenta segunda de la Cámara, Esther Gil de Reboleño, ha asegurado que esta modificación es necesaria para que las mujeres estén «representadas y visibilizadas» igual que sus compañeros. «El lenguaje construye realidades e imaginarios y el masculino genérico nos invisibiliza como mujeres», ha recalcado.
Las críticas
Los dos partidos del Gobierno cuentan con el apoyo de sus socios habituales para tramitar la iniciativa, pero no con el ‘sí’ de populares y ultras. La diputada del PP y vicepresidenta cuarta del Congreso, Marta González, ha dicho que es lenguaje inclusivo es «sumamente polémico con posiciones muy encontradas» y que con su uso «no se apoya la igualdad ni se avanza en la consecución de una sociedad más democrática». A la par que ha criticado la posibilidad de emplear las lenguas cooficiales en el Congreso, ha apuntado que esta iniciativa era una «pérdida de tiempo».
Mucho más duro ha estado el diputado de Vox Ignacio Gil Lázaro que ha calificado la iniciativa de «patochada«. «El lenguaje inclusivo no es más que una lengua absolutamente inventada que pretende responder a los intereses de un feminismo radical, bronco, sectario y excluyente basado en la ideología de género», ha dicho. Y, por si acaso, ha criticado la tramitación de la amnistía.
Tanto PP como Vox se han agarrado a un comunicado que emitió la Real Academia Española (RAE) hace unas semanas ante una guía que aprobó la Mesa del Congreso, con el visto bueno del PP, para los trabajadores de la Cámara y que se titula ‘Recomendaciones para un uso no sexista del lenguaje en la Administración parlamentaria‘. La RAE, compuesta por 33 hombres y 11 mujeres, se burló de la propuesta y llegó a denunciar que tras esta guía «se esconde el deseo implícito de acrecentar la distancia entre el universo oficial y el mundo real».