La consejera Cultura, Política Lingüística y Deporte, Vanessa Gutiérrez, aseguró ayer en la Junta del Principado que la esperada reforma del refugio de montaña de Brañagallones, en Caso, está «lista para licitarse». Estaría más cerca con ello la solución a los graves problemas en el tejado, las filtraciones y las deficiencias en el sistema eléctrico que viene impidiendo prestar un servicio adecuado a montañeros y senderistas.
Vanessa Gutiérrez expuso, durante su intervención en el Parlamento autonómico, que las obras que se aborden en los próximos meses en las instalaciones de Brañagallones contarán con un presupuesto de 700.000 euros. Hasta ahora solo había trascendido la existencia de una partida de 300.000 euros de fondos europeos para mejorar la eficiencia energética. Uno de los objetivos del Principado es que el refugio sea «verde», que funcione con energías renovables: «Brañagallones debe ser un ejemplo de sostenibilidad», subrayó la Consejera.
El refugio de montaña de Redes es propiedad del Principado y está gestionado por la Federación de Montaña del Principado de Asturias, entidad que lleva meses reclamando el inicio de la reforma. Los trabajos deberían haber arrancado el pasado otoño. El objetivo de las obras pospuestas es una reparación integral de la techumbre, la mejora de ventilaciones, chimeneas y la instalación de ventanas oscilobatientes tipo «velux».
Las explicaciones que ayer ofreció Vanessa Gutiérrez dieron respuesta a una pregunta de Foro Asturias. El portavoz de esta última formación, Adrián Pumares, exigió en la Junta a la Consejera «la revisión de todos los refugios de montaña para acometer las mejoras pertinentes». El diputado denunció «la falta de compromiso» del Gobierno de Barbón con ese tipo de equipamientos e instó a Vanessa Gutiérrez a cumplir con lo establecido en el convenio entre la Federación de Montaña y la Dirección General de Deportes, «haciendo frente a las inversiones necesarias en los refugios». Pumares subrayó la necesidad de acometer «cuanto antes» la reforma integral del complejo de Brañagallones. «Se encuentra en una situación sangrante», afirmó.
En su intervención, el diputado de Foro se remitió a la existencia de un convenio entre el organismo federativo y el Principado según el cual, según explicó, el primero gestiona los refugios de montaña, pero es responsabilidad de la Administración hacer frente a las inversiones importantes en estos inmuebles. Remarcó que «este no es un tema nuevo y recordó otros debates anteriores sobre este asunto en la pasada legislatura».
Placas solares
Pumares expresó su preocupación por los «continuos retrasos» en las obras de mejora del refugio de Brañagallones, denunciando promesas anteriores que no se han cumplido. Puso de manifiesto la precariedad del inmueble en aspectos como el suministro energético y habló de «los compromisos incumplidos sobre la implementación de placas solares y problemas recurrentes con la techumbre, que causan humedades en las habitaciones y zonas comunes del refugio».
El refugio de Brañagallones funcionó previamente como parador. El Principado desembolsó 1,1 millones de euros –más una cantidad similar para mejorar el acceso–para que abriese sus puertas en agosto de 2006 como hotel, después de estar cerrado durante catorce años. Los fallos en el sistema eléctrico y el deterioro del tejado, que causó la aparición de goteras, provocó que estuviese varios años cerrado.
La empresa que gestionaba el complejo demandó al Principado que solventase los desperfectos. El edificio funcionó durante cuatro años hasta que una avería eléctrica truncó su camino. En 2016 reabrió como refugio de montaña gestionado por la Federación, gracias al citado acuerdo con el Principado como propietario de las instalaciones.
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