La hermandad de la Sentencia ya está en su nueva casa hermandad, desde donde el próximo Lunes Santo iniciará su estación de penitencia a la Catedral.
Entre una gran expectación y tras una misa celebrada en la parroquia de San Nicolás, se ha iniciado el traslado de los titulares, Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y la Virgen de Gracia y Amparo. El Señor, vestido con túnica lisa morada, ha sido trasladado en una parihuela exornada con un friso de clavel rojo y escoltado por cuatro fanales con cera blanca. Por su parte, la Virgen de Gracia y Amparo también se ha trasladado en una parihuela en esta ocasión exornada con un friso de clavel blanco.
El coro Cantabile ha alternado su voz con el rezo del vía crucis dejando instantes de gran solemnidad en una noche casi primaveral. Pasadas las diez y media de la noche, el Señor de la Sentencia cruzaba por primera vez el dintel de la que ya es su nueva casa de hermandad. Poco después lo hacía la Virgen de Gracia y Amparo de nuevo con las voces del coro Cantabile.
Una nueva página en la historia
Comienza una nueva página en la historia de la hermandad de la Sentencia, que por primera vez saldrá de la nueva casa hermandad. Para ello, la corporación del Lunes Santo presentará diversas novedades como la ampliación del paso de palio, que será mas ancho y más alto, manteniéndose la longitud actual. De este modo, se ha modificado el respiradero frontal, bambalina delantera y trasera, así como los varales. En lo que respecta al bordado, ha contado con el diseño de Rafael de Rueda y la ejecución del bordador cordobés Francisco Pérez Artés.
Asimismo, la nueva casa de hermandad dejará un nuevo recorrido para la cofradía, que transitará por calles de la ciudad hasta ahora inéditas para la corporación de Lunes Santo.
Un inmueble con cinco siglos de historia que fue iglesia de hospital
Para la reforma de la nueva casa de hermandad de la Sentencia fue necesario una innovación de la ficha del Plan Especial de Protección del Casco Histórico (Pepch), que se aprobó por la Gerencia Municipal de Urbanismo en octubre de 2022, ya que el inmueble, de muros de mampostería y ladrillo antiguo estaba (y lo sigue estando) protegido en su totalidad.
La ficha EV 255 de la calle Saravia (formalmente, ésta es la vía a la que pertenece, aunque todos hablen de la calle Barroso), ya recoge cómo el edificio fue la iglesia del antiguo y desaparecido hospital de San Jacinto, que en el siglo XIX se adaptó como casa de vecinos de dos plantas (de ahí la estructura de sus fachadas) y posteriormente como inmueble de una sola crujía que durante décadas albergó un despacho de vinos (tercia de vinos), que dejó un espacio totalmente diáfano en el interior.
Sin embargo, en la recuperación de la casa se puede leer las transformaciones y usos sucesivos del edificio, con el que se recupera para el patrimonio de la ciudad un inmueble que estaba abandonado
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