Carlos Alcaraz quiso subrayar que «este trofeo significa mucho». Por varios motivos. Desde que era el primero que levantaba en siete meses, tras Wimbledon 2023, a que llegó con muchas incógnitas que despejar en Indian Wells. El resbalón en Río de Janeiro, a los pocos minutos de debutar, significó irse al desierto californiano con un esguince lateral de grado II en el tobillo derecho.

«Había muchas dudas para ver si iba a poder jugar, a poder jugar aunque sea a un nivel óptimo», confesó Alcaraz, quien recordaba «un primer entrenamiento de 30 minutos, sin moverme. Probé con jugadores de gran exigencia y no me encontraba bien».

Él y su equipo se volcaron en el trabajo de recuperación física y anímica. «Me he sobrepuesto a todos los problemas y he ido mejorando cada día», se felicitó el murciano, 20 años y nº 2 mundial.

El doble campeón de Indian Wells, tras vencer de nuevo en la final a Daniil Medvedev en dos sets (7-6(5), 6-1), se emocionó cuando fue al encuentro de los suyos en su box, técnicos y amigos.

Y quiso hacer un reconocimiento público, dirigiéndose a ellos en la pista en español, tras el protocolario inglés. «Han sido semanas bastantes intensas, de un gran trabajo, que hemos disfrutado. No sabíamos si íbamos a poder jugar a un nivel óptimo, al cien por cien, pero todos hemos puesto nuestro granito de arena. Sin el trabajo de todos no hubiera sido posible. Os quiero mucho», comentó a los suyos.

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«A Juan Carlos (Ferrero), Albert (Molina, mánager), Juanjo (Moreno, fisio), Juanjo (López, médico), Alberto (Lledó, preparador físico), mi padre, mi tío. A todos, os quiero mucho».

Todo, en «una pista que es tuya», bromeó Medvedev sobre el dominio de Alcaraz que está sufriendo. «Ojalá vuelva a la final otra vez, mejor sin ti», subrayó.