El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, ha reiterado que el compromiso de llevar el déficit público al 3% en el año 2024 no se verá truncado «en ningún caso» por la prórroga de los Presupuestos Generales del Estado del ejercicio de 2023.
Así lo ha sostenido durante la conferencia Situación y perspectivas de la economía española’, organizada la Cátedra Fundación ‘la Caixa’ Economía y Sociedad, y que ha sido protagonizada por el propio ministro.
Como ya había adelantado en otras ocasiones, y tras conocerse la semana pasada que el Gobierno ha optado por trabajar en las cuentas públicas del 2025, manteniendo la prórroga de los Presupuestos de 2023, Cuerpo ha repetido que el Ejecutivo no va a olvidarse del elemento de responsabilidad fiscal, que es «irrenunciable» para el crecimiento de la economía española.
En este sentido, ha recalcado que el compromiso del 3% de déficit público en 2024 «no se va a ver afectado» en ningún caso por esta decisión, ya que supone uno de los tres grandes retos que tiene actualmente España en materia económica.
«Mi valoración, a priori, es que el impacto de la prórroga presupuestaria en nuestras previsiones es mínimo. No vamos a tocar ni las previsiones de déficit ni de crecimiento en función del proceso de prórroga», ha subrayado.
Otro de los grandes retos sistémicos al que se ha referido el ministro está relacionado con la seguridad económica en el contexto de redefinición de la situación geopolítica, lo que obliga a actuar decididamente en materia de empleo.
Según ha afirmado, todavía queda «mucho» para llegar al mantra y objetivo del pleno empleo, ya que la tasa de desempleo estructural de la economía española sigue siendo «inasumible» y demasiado elevada cuando se compara con otras economías avanzadas.
Así, ha instado a seguir trabajando para reducirla, al mismo que se debe abordar la cualificación de los trabajadores, lo que necesariamente pasa por ser capaces de identificar la cadena de valor del talento, con un diagnóstico claro de las carencias y los desajustes en términos de competencias y de emparejamiento entre oferta y demanda en el mercado de trabajo.
El tercer reto es la modernización y la competitividad de las empresas y el tejido productivo. El afán reformista, ha indicado, tiene que abarcar también la productividad de las empresas españolas, para lo que ha puesto en valor el plan de recuperación que permite acceder con gran capilaridad a proyectos de grandes empresas, pero también llegar hasta las pequeñas empresas.
Preguntado por la influencia de la situación política en el desempeño económico de España, el ministro ha defendido que tanto a nivel interno como en el resto de Europa reina el modelo de gobiernos en minoría o de coalición, por lo ha señalado que los inversores se acostumbran a «un contexto de diálogo y negociación», que no es impedimento para atraer su capital.
«Yo creo que ese diálogo y esa negociación tiene que aprovecharse para que salgan proyectos legislativos», ha apuntado. Así, ha reiterado que los inversores están mostrando un interés creciente por España porque las cuentas les cuadran.
La cualificación de la mano de obra, las previsiones de crecimiento macroeconómico, la rentabilidad esperada o el diferencial energético son algunos de los elementos que ha destacado el ministro para señalar que la situación de España continúa siendo «ventajosa» para que siga llegando mucha inversión.