Enorme la reacción de Carlos Alcaraz. Arrollado en 36 minutos por el tenista del momento, se negó a dejar en manos de un rival como el italiano Jannik Sinner el número dos mundial y el pase a la final. El campeón del Masters 1000 ATP de Indian Wells protagonizó una monumental remontada, de mucho mérito y acierto, para volver a la final, este domingo (no antes de las 22:00 horas).

Repetirá duelo con su víctima de 2023, el ruso Daniil Medvedev, que se impuso al estadounidense Tommy Paul por 1-6, 7-6 (3) y 6-2 en 2h.25′.

Ganó Carlos Alcaraz por 1-6, 6-3 y 6-2 en 2h.05′ de juego real, en un encuentro que superó las cinco horas de expectación porque no hay día que el murciano no deba afrontar algún reto extra. Fueron las abejas ante Alexander Zverev, lidió con la lluvia durante tres horas, con una suspensión temprana con 1-2.

En su regreso a la cancha sufrió el éxtasis en el que iba entrando a diario Jannik Sinner, el campeón del Open de Australia y Rotterdam. Hincó la rodilla ante Alcaraz, sufrió su primera derrota del curso después de un contundente balance de 16-0, se reencontró con el KO tras 19 victorias consecutivas.

De la desesperación más absoluta, a la búsqueda de una solución que encontró para darle la vuelta al partido en el segundo set y rematarlo a lo grande en el tercero. Desfigurando el tenis de Sinner, tocándose física y mentalmente.

Alcaraz corta la racha negativa con Sinner, a quien iguala el palmarés (4-4) tras haber cedido en las dos anteriores. Volvió a dominar en su feudo, repitió el triunfo de ‘semis’ con el transalpino de 2023.

Un alivio para Alcaraz, que vuelve a una final siete meses después de haber perdido la de Cincinnati ante Novak Djokovic. Buscará su decimotercer título ATP, reavivar un historial parado en Wimbledon 2023.


Carlos Alcaraz y Jannik Sinner dejando por segunda vez la pista para afrontar un parón que sería de tres horas

Mark J. Terrill / AP/LaPresse

Sinner se salió en 36 minutos de tenis perfecto. A ‘palo’ limpio arrasó a Alcaraz. No cayó más en la trampa el español, que decidió eludir el cuerpo a cuerpo, no dar toda la velocidad a la bola y buscar variar, con su enorme gama de golpes y poniéndose el mono de trabajo atrás. No romper la bola por romper, también sobarla cuando tocara. No dar ángulos innecesarios, ralentizar el tira y afloja. Ahora una bola alta, ahora una baja. Incomodó y sacó de su dinámica al oponente.

Con 3-1 en el segundo set, Alcaraz recuperó la confianza, que le sirvió para salvar sendas bolas de break en el séptimo y noveno juego. No entregó más las riendas, se las quedó.

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Sinner se tocó un gemelo, la muñeca tras una caída. Todo le iba en contra, sobre todo un fenomenal Alcaraz, cuya remontada tuvo un mérito enorme dado el rival y cómo de intocable se sentía hasta que llegó su hora.