La fiesta, al final del encuentro entre el Elche C.F. y el Albacete, fue completa. Los aficionados franjiverdes vivieron un día mágico desde bien temprano, con la inauguración de la «FanZone» organizada por la Federación de Peñas, que estuvo repleta de seguidores.
Los más dos mil aficionados del Albacete, que se desplazaron en numerosos autocares también ayudaron a dar colorido a una jornada especial.
El buen comportamiento, la cordialidad, la rivalidad deportiva y la amistad fueron la nota dominante y un ejemplo de lo que debe ser un partido de fútbol.
El estadio Martínez Valero registró la mejor asistencia de público de toda la temporada, con 24.210 espectadores, que, prácticamente, llenaron todas la gradas, excepto el Anillo de Tribuna, donde no se dispensaron localidades.
El anillo inferior estuvo totalmente poblado. En el anillo de Fondo Sur se situaron mucho jóvenes y familiares de la cantera del Elche y de clubes convenidos de toda la provincia. En el anillo de Fondo Norte estuvieron los seguidores manchegos, que no pararon de cantar durante todo el partido. Incluso, tras el 0-1 y con el empate a dos, se les notaba más.
Cuando los jugadores de uno y otro equipo salieron con las camisetas en contra del racismo, dentro de la jornada que ha llevado a cabo LaLiga en todos los estadios, el sonido fue ensordecedor.
La bufandas al viento para recibir a sus futbolistas, con las 15.000 banderas que se habían repartido por todo el anillo inferior, con el patrocinio de VegaFibra, dentro, también, de las actividades programadas en el «Día de la Afición».
La presencia y el homenaje a Fidel Chaves también provocó los aplausos de las dos aficiones.
Luego, durante el encuentro, como es normal, las emociones, el sufrimiento y la alegría fue por barrio, en un choque con muchas alternativas.
En el descanso del encuentro, la iluminación principal se apagó y hubo un espectáculo de luces y sonido, como homenaje a Akira Toriyama, el diseñador japonés de personajes para videojuegos, tales como la serie Dragon Quest, Chrono Trigger y Blue Dragon. Luego sonó el «Sweet Caroline».
Cuando el Elche marcó el 2-1 y, luego, el 3-2, la grada se puso en pie. «¡Qué sí, qué sí, que vamos a ascender!» retumbó en todo el estadio. Al igual que el clásico cántico de «Herculano el que no bote» dirigido al eterno rival.
Con el pitido final del colegiado, la euforia se desbordó en la parroquia franjiverde. Los jugadores fueron a saludar a ambos fondos, botaron con sus seguidores y disfrutaron como niños. Se dio un nuevo paso hacia el sueño del ascenso. El sentimiento verde y blanco se está arraigando cada vez más. Volver a Primera División está cada vez más cerca. Y el juego del equipo, a pesar del sufrimiento en los primeros 30 minutos, invitan al optimismo.
Por su parte, la afición del Albacete se fue triste, porque su equipo no pudo puntuar, pero también agradeció el esfuerzo de sus futbolistas y reconocimiento que se habían enfrentado a un gran rival, como es el Elche.