A sus treinta años, la diseñadora tinerfeña María Azcárate lidera, junto a su pareja Emilio Vanrell, uno de los proyectos más revolucionarios de la moda en Canarias: Casa MILO. En este espacio se crean prendas tan naturales que pueden meterse en el contenedor orgánico y volverse compostaje para plantas en cuestión de días. Y esto es solo la semilla, pues planean crear una «granja de moda» donde hacer crecer el lino.

Define a su firma de moda, llamada MIA, como «regenerativa». ¿Qué significa eso?

La industria textil es muy contaminante. Una de las cosas que más se tiran son los retales que sobran tras el corte de las prendas. Se calcula que el 80% del textil queda inutilizado tras ese proceso. Nosotros hemos querido cambiar el paradigma haciendo prendas tan naturales que sirven para compostar y, por tanto, devolvemos a la tierra lo que la propia tierra nos dio.