Es un verdadero fastidio tener que tirar algunas de nuestras prendas de ropa favoritas por una mancha que no sale. Por eso, a la hora de llevar a cabo tareas como la cocina o la limpieza de la casa lo mejor es llevar puestas algunas de esas camisetas que están a punto de pasar a ser trapos de cocina. Y es que a medida que vamos usando la ropa su desgaste será mayor y, por lo tanto, cada vez que te la pongas lucirá mucho menos. Las manchas de aceite son de las peores, ya que es muy difícil eliminar su rastro y dejar la prenda afectada como nueva. Un delantal te puede salvar de más de una salpicadura, pero los brazos quedan exentos de que incluso una gota te provoque una pequeña quemadura.