Nueve horas pasó hundido en el barro el pasado miércoles un hombre de 93 años vecino del barrio coruñés de Someso que se desorientó y fue rescatado por una pareja de policías nacionales ya de madrugada gracias a la alerta dada por sus familiares. Los hechos ocurrieron en el lugar conocido como Braña de Someso, por el que discurre el cauce del río de Mesoiro canalizado bajo tierra, pero que forma una vaguada en la que se acumuló el agua de las lluvias de las últimas semanas.
El Cuerpo Nacional de Policía recibió el aviso de la desaparición casi a las 03.00 horas del jueves y fue informado de que el anciano, que vive en el barrio de Someso, transmitió por teléfono a su familia que desconocía dónde se encontraba pero que veía eucaliptos y edificios. Los agentes se dirigieron en primer lugar a la zona de Espacio Coruña y luego llegaron a la calle Braña de Someso, donde utilizaron sus linternas para alumbrar una zona sin urbanizar en la que divisaron lo que parecía una persona, aunque al llamarla no contestó.
Inundada
Para aproximarse al lugar tuvieron que bajar por una ladera hasta el fondo de la vaguada, que se encontraba completamente inundado. Al ver una luz que se movía, se encaminaron hacia ella y pudieron ver a un hombre de avanzada edad que estaba hundido hasta las rodillas que no podía moverse y tenía sangre en sus manos, aunque se encontraba consciente.
El anciano comentó a los policías que llevaba allí atrapado desde las 18.00 horas del día anterior y que era incapaz de liberarse del barro, por lo que no extrajeron, aunque comprobaron que no podía mantenerse en pie y que se encontraba completamente mojado a causa del largo tiempo que había permanecido en el agua.
Ante la imposibilidad de que el hombre se trasladase por su propio pie, los agentes sopesaron en un primer momento la opción de solicitar la ayuda de los bomberos, pero ante el estado en el que se hallaba el anciano tras permanecer de pie durante horas, decidieron cargar con él a hombros para sacarlo de la zona inundada, para lo que tuvieron que recorrer unos 300 metros por ese lugar, lo que dejó sus ropas completamente empapadas y sucias.
Una vez que la víctima estuvo a salvo, reclamaron la presencia de una ambulancia, cuyo personal la atendió en el lugar y propuso trasladarle al hospital, aunque se negó e intentó marchar a su casa a pie. En ese momento llegó su hija con su pareja, que residen a corta distancia del lugar de los hechos, y los policías consiguieron convencer al hombre para que regresara con ellos a su propio domicilio, situado en el lado contrario de la vaguada del río de Mesoiro.